(dpa) – Apple sigue renovando sus «mini» productos, y después del turno del Mac mini llega el momento del iPad mini, que deja atrás casi cuatro años sin cambios para incorporar los procesadores y sensores más actuales sin tocar su pantalla de 7,9 pulgadas.
El cambio es imperceptible a simple vista, porque el nuevo iPad mini es aparentemente idéntico al iPad mini 4, pero en cuanto se enciende la pantalla se nota inmediatamente su mayor brillo.
Se trata de la tecnología True Tone de Apple, mediante la cual la visualización en pantalla se adapta a la temperatura de color de la luz ambiental. Esta característica estaba disponible solo en los modelos más caros de iPad Pro y iPhone.
La nueva tableta de Apple se pone al nivel de los modelos superiores de iPhone, a nivel técnico. Comparte con el iPhone XS el uso del microchip A12 Bionic de seis núcleos diseñado por Apple, y jubila así al A8.
El cambio de generación de microchip se advierte de forma inmediata en la prueba de rendimiento. Si una aplicación solo utiliza un núcleo, el rendimiento aumenta al 278 por ciento, pero si se utilizan varios núcleos, se incrementa hasta el 356 por ciento.
La nueva tarjeta gráfica también ofrece valores máximos. Los resultados del test de rendimiento ofrecen valores cuatro veces más altos que los obtenidos por el modelo anterior. Esto quiere decir que el nuevo iPad mini está preparado como una consola portátill para los juegos que están por venir.
Es sorprendente que el aumento del rendimiento no tenga un efecto negativo en la vida útil de la batería, sino todo lo contrario. La capacidad de ésta se reduce de 27,6 a 19,6 vatios por hora, pero en el test duró 10,3 horas en el complejo juego 3D «Asphalt 8», 2,5 horas más que el modelo anterior.
La moderna arquitectura de ahorro de energía del microchip A12 también explica la mayor duración de las sesiones de visualización de vídeo o de navegación por Internet, hasta tres horas más.
El nuevo iPad mini sigue utilizando el sistema TouchID de reconocimiento de huellas dactilares y prescinde del más complejo reconocimiento facial FaceID, disponible en la serie iPad Pro. Otra cosa que complacerá a los tradicionalistas es el conector convencional de 3,5 mm para auriculares.
Otra novedad del nuevo iPad mini es el lápiz óptico, aunque utiliza la primera generación de Apple Pencil y se debe cargar a través del puerto Lightning de la tableta y no de forma inalámbrica como en el iPad Pro.
La renovación de las cámaras es bastante endeble. Apple optimiza el software para que las fotos tengan ahora un poco menos de ruido de color. Pero falta un flash o iluminación para grabar películas. Tampoco se pueden grabar vídeos en 4K.
La conectividad pinta mejor, ya que el nuevo iPad mini ofrece mil megabits por segundo para la transferencia de datos con tecnología LTE. Además de la tarjeta SIM extraíble, también hay una eSIM integrada.
Conclusión: El nuevo iPad mini deja atrás a iPads más grandes, como el modelo de 9,7 pulgadas introducido hace un año, con importantes mejoras de rendimiento, y con nuevos sensores para aplicaciones complejas de realidad aumentada. Sin embargo, la nueva tableta de Apple no está a la altura de los smartphones de gama alta en lo que a grabaciones fotográficas y de vídeo se refiere.
El procesador principal más potente, los mejores gráficos, el soporte para la entrada del lápiz y la nueva pantalla antideslumbrante tienen su impacto en el precio, puesto que el nuevo iPad mini es 100 euros más caro (unos 113 dólares) que su predecesor anterior. La versión más pequeña (64 GB de memoria y WLAN) cuesta 449 euros (505 dólares) y la versión más grande (256 GB) 619 euros. La opción LTE incrementa el precio en 140 euros.
Por Christoph Dernbach (dpa)