Berlín, 10 nov (dpa) – A pesar de la reciente oleada de detenciones de periodistas y diputados de la oposición en Turquía, el ministro de Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, volará la próxima semana a Ankara con el objetivo de cuidar los contactos estrechos con el Gobierno turco.
Es la primera visita del jefe de la diplomacia alemana tras el fallido golpe de Estado de mediados de julio. En el Bundestag (Cámara baja) se expresaron hoy fuertes críticas desde todas las bancadas políticas al comportamiento del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, hacia la oposición.
Steinmeier dejó claro que el Gobierno alemán no aprueba la política de Erdogan. En su opinión, Turquía se encuentra en una «encrucijada» actualmente: acercarse o alejarse de Europa, acercarse o alejarse de la democracia.
«Nunca ha salido nada bueno de la polarización y la confrontación sin límites», alertó el político socialdemócrata antes de sus reuniones el próximo martes en Ankara. Sin embargo, Steinmeier alertó también de buscar «soluciones sencillas».
Las relaciones entre Alemania y Turquía son tensas desde hace meses por diversos motivos, como la polémica resolución sobre el genocidio armenio aprobada por el Parlamento alemán.
Tras el inicio de las purgas políticas en Turquía, la diplomacia alemana se ha visto obligada a mantener un difícil equilibrio: Berlín defiende el mantenimiento del polémico acuerdo sobre refugiados con Ankara, mientras critica la persecución que sufren políticos e intelectuales disidentes turcos.
Desde el golpe fallido en Turquía, el único ministro alemán que ha visitado la capital turco ha sido el ministro de Cooperación al Desarrollo, Gerd Müller.