Leverkusen (Alemania), 12 abr (dpa) – En vísperas del que podría ser el fin de semana más importante de la historia del Bayer Leverkusen, su entrenador, Xabi Alonso, desechó con despreocupación una advertencia del cerebro del equipo, el suizo Granit Xhaka.
«Somos muy estables de cabeza», dijo el técnico vasco, asegurando que su equipo no estará en exceso. «La expectación es grande. No podría ser más grande. Si ganamos, seremos campeones», resumió la situación de partida de cara al partido contra el Werder Bremen, por la vigésima novena jornada de la Bundesliga.
El partido está llamado a ser una gran fiesta del título para el Leverkusen, que está dispuesto a despojarse por fin de su imagen de subcampeón y tomar el relevo del eterno campeón, el Bayern Múnich.
«Sabemos que el domingo podemos hacer historia: para el club, para los aficionados y también para nosotros mismos», declaró Xhaka de antemano, añadiendo: «No debemos estar excesivamente motivados».
El estratega del mediocampo y sus compañeros son conscientes de la importancia del primer campeonato de liga del Leverkusen.
Los niños nacidos después de 2012 nunca han vivido un campeón alemán que no sea el Bayern. El Papa aún se llamaba Benedicto XVI. Michael Schumacher pilotó su última temporada de Fórmula 1. Lionel Messi jugaba en el Barcelona, Cristiano Ronaldo en el Real Madrid y Kylian Mbappé en el equipo juvenil del INF Clairefontaine.
Con 16 puntos de ventaja tras la vigésima octava jornada, está claro que el Leverkusen acabará con la racha del Bayern en el campeonato. La única pregunta es: ¿cuándo se decidirá el título?
Jonas Hofmann tiene un deseo claro al respecto. «Espero que podamos decidirlo nosotros mismos», dijo el atacante. «Sobre todo cuando puedes convertirte en campeón de Alemania por primera vez, no quieres hacerlo de alguna manera en casa en el sofá con un vaso de agua el día antes de jugar».
Por eso, el jugador, de 31 años, se convertirá el sábado en un aficionado más de la competición, cruzando los dedos durante los partidos Bayern-Colonia y Stuttgart-Eintracht Frankfurt.
Si Bayern y Stuttgart pierden, el Leverkusen sería campeón antes de su propio partido, el domingo. «Ni siquiera puedes dejar salir las emociones si no estás con el grupo con el que lo has conseguido», declaró Hofmann.
El atacante fue el artífice de la victoria por 2-0 del Leverkusen en el partido de ida de cuartos de final de la Liga Europa contra el West Ham United, con un gol y una asistencia. El Leverkusen sigue invicto tras su 42º partido oficial de la temporada. El sueño de ganar el triplete de Liga, Copa de Europa y Copa Alemana sigue vivo.
Tras el partido, la euforia de los aficionados hizo presagiar a Hofmann y a sus compañeros lo que pronto les aguardará. «A todos se nos puso la carne de gallina porque nos dimos cuenta de lo que podía pasar el domingo», dijo Hofmann.
Todo Leverkusen se prepara para la celebración del título. El estadio estará completamente lleno. Algunos aficionados van al mercado negro a conseguir una entrada. Se espera a muchos otros en los alrededores del estadio BayArena, incluso sin entrada.
Las calles se cerrarán cuatro horas antes del partido, antes de lo habitual. La ciudad ha publicado una lista de pubs que retransmitirán el partido contra el Bremen en directo.
El rendimiento del Leverkusen no da motivos para temer que el título no llegue este fin de semana. El nivel futbolístico es constantemente alto. Contra el West Ham, el equipo también demostró paciencia una vez más esta temporada y se recompensó con dos goles en los últimos minutos. Nada parece desconcentrar al «Werkself».
«No es suerte», afirmó Alonso sobre los frecuentes goles de su equipo en los últimos compases. «Hay razones para ello y estamos trabajando en esas razones», agregó.
La contribución del vasco, de 42 años, a la obra maestra que se avecina no puede sobrestimarse. En su primer gran cargo de entrenador, el excampeón mundial y europeo ha moldeado un colectivo casi invencible a partir de destacadas individualidades.
«No hay egoístas, luchamos por el equipo», afirma Xhaka. «Trabajamos duro, luchamos, jugamos, corremos, discutimos cosas dentro y fuera del campo. Eso es lo que hace a un equipo de primera». El jugador, de 31 años, añadió: «Se ganan partidos con unos pocos jugadores, pero los títulos se ganan como equipo». El domingo debería ser el día.
Por Thomas Esser, Carsten Lappe y Christian Kunz (dpa)