Algunas veces es mejor ser espectador y estar en silencio. En la vida no se puede ser siempre un incomodo actor en un mundo que no te aporta nada y que rara vez te muestra algo interesante que puedas contar a los demás, en el mundo de la comunicación dicen que cientos de noticias para contar y compartir con los lectores, oyentes o personas que te siguen en las redes sociales.
El silencio en tiempos revueltos es la mejor compañía y el único personaje que no esperará algo de ti a cambio de ruido innecesario.
El silencio a menudo se considera una experiencia incómoda, especialmente en situaciones sociales. Sin embargo, el silencio también puede tener efectos positivos en el crecimiento personal y en las relaciones. “Mejor no decir nada, a decir lo que otros quieran que digas”.
El silencio promueve la autorreflexión y el crecimiento personal. En nuestro mundo tan acelerado y ruidoso, el silencio puede proporcionar un descanso muy necesario para que las personas reflexionen sobre sus pensamientos y emociones, y también para analizar las decisiones colectivas que condenan a pueblos a la división, la desconfianza o vivir constantemente una eterna vida «fake».
El lado bueno del silencio
En la comunicación, el silencio puede ser tan importante como hablar. La escucha activa y la empatía son componentes esenciales de una comunicación eficaz y el silencio puede facilitar ambas.
Hablar por hablar, crear noticias sin sentido para que otros hablen y tengan una vida propia no lleva a nada, algunas veces la mejor manera de mostrar una opinión es mantenerse en silencio