Gabriel Aziz Loutaif es un escritor argentino que, además de cursar sus estudios de Arte Dramático, ha escrito numerosas obras que abarcan desde la poesía hasta el cuento. Con su segunda novela. El hombre postergado (Editorial Tregolam) el autor retrata el viaje hacia la desidia de su protagonista, Jorge Cemborain, un estudiante de medicina que vive con su madre. Entre ellos existe una relación obsesiva de amor-odio debido a que la madre saca a relucir un sentimiento ambiguo con respecto al padre, ya fallecido.
«El super yo lo representa el padre, según Freud, quizá la muerte del padre de Jorge no es tan concluyente, pero sí podría decirse que las descalificaciones que la señora Conforte hace sobre su difunto esposo, a Jorge lo derrumba; y máxime, cuando lo compara, y éste, ve entre innúmeros espejos la figura debilitada de su progenitor reflejada en sí mismo».
Además de esta simbiosis enfermiza entre madre e hijo en la que la progenitora va minando la ilusión de su hijo por no terminar la carrera de medicina, se solapan en la vida de Jorge otras desgracias que lo empujarán a seguir retrasando su vida: el suicidio de su tío Aldo y la ruptura con Mariana Cisneros.
A lo largo de su travesía neurótica el protagonista visita a su amigo y psiquiatra. Alberto Garay, quien calma por momentos la crisis existencial de Jorge.
El epicentro de toda la historia es un personaje que se siente volátil, que no se ubica en su propia existencia y que se encuentra rodeado de circunstancias que, lejos de ayudarlo, lo empujan todavía más hacia el abismo de la histeria.
La madre sobreprotectora, la muerte de su padre, el suicidio de su tío y la ruptura con su novia rodean de manera constante a Jorge, quien por momentos carga la culpa a su pasado y en otros se plantea afrontar sus propios miedos para seguir adelante.
«Si perdemos el norte, si vivimos sin metas, sin propósitos, si nos cuesta mantener una relación de pareja, es muy difícil encontrar la felicidad».
El hombre postergado es un libro que mezcla magistralmente la novela filosófica con la novela psicológica cargada de sensaciones introspectivas, pero también llenas de lírica gracias a la belleza poética de las reflexiones del protagonista.
El lector se encuentra conviviendo con Jorge Cemborain, siendo partícipe de su existencia y empatizando con él gracias al narrador omnisciente y a los diálogos a veces sombríos a veces luminosos que mantienen todos los personajes y que ejercen un reflejo sobre el hombre contemporáneo.
«No creo que el destino esté cebado con el protagonista, más bien creo que Jorge aprovecha la adversidad que está experimentando, trata de no darse cuenta, de no tomar conciencia, pero en lo profundo sabe quién es y se deja abandonar en un estado de confort. En el fondo, todos sabemos quiénes somos, pero en el camino de la vida nos ponemos el traje que nos queda más cómodo».
Las divagaciones esotéricas y racionales, los cuestionamientos sobre su posicionamiento en la vida y su ilusión por seguir adelante salpicarán al lector y lo llevarán a encontrar un lugar común con el protagonista: ‘¿estoy seguro de lo que hago?’, ‘¿soy feliz con mi vida?’, ‘¿qué puedo hacer para cambiarlo?’
Una novela sobresaliente para todos aquellos que quieran ahondar sobre las circunstancias que lo rodean, para esos otros que busquen el valor para dar la cara a las adversidades y salir de su zona de confort, pero también para todos aquellos que no buscan una lectura superficial.