MADRID, 22 Feb. 2019 (Europa Press) – Casi siete millones de personas en Sudán del Sur corren el riesgo de sufrir graves carencias alimentarias coincidiendo con la estación seca –entre mayo y julio–, según un informe de la ONU que pone de manifiesto que los casos de riesgo se han disparado un 13 por ciento desde enero de 2018.
La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) han unido sus voces para alertar de los efectos que ha tenido para Sudán del Sur el triple desafío que suponen la guerra, la insuficiente producción de alimentos y el desplazamiento de población.
Las agencias consideran que existe un riesgo real de hambruna en varias zonas del país y han citado como zonas más preocupantes los estados de Unidad, Jonglei, Alto Nilo y Lagos. El último informe estima que unas 30.000 personas están ya en una situación «extrema» en Jonglei y Lagos.
La ONU ha advertido de la necesidad «urgente» de aumentar la ayuda humanitaria, ya que, si se mantiene el nivel actual, la cifra aumentaría hasta los 50.000. Sin ninguna ayuda, la catástrofe se dispararía y habría hasta 260.000 personas en el nivel máximo dentro de las escalas de alimentación, equivalente a la hambruna.
La producción local de cereales solo cubrirá este año el 52 por ciento de las necesidades, nueve puntos menos que en 2018, y el conflicto sigue lastrando la búsqueda de fuentes alternativas o mermando el ganado. La población más pobre es la más vulnerable también a la consecuente subida del precio de la comida más básica.
El representante de la FAO en Sudán del Sur, Pierre Vauthier, ha asegurado que «las proyecciones son alarmantes», por lo que ha reclamado una intervención urgente para revertir la tendencia. Así, ha apuntado que, aunque la ayuda brindada en el último año ha tenido un «impacto positivo», «no basta» para contener la actual amenaza.
También se ha expresado en el mismo sentido el responsable en funciones del PMA, Simon Cammelbeeck: «Si no aumentamos pronto las actividades humanitarias y de recuperación, cada vez habrá más personas en riesgo». «Es especialmente preocupante, ya que la mayoría de quienes necesitan ayuda son mujeres y niños desnutridos», ha añadido.
La ONU estima que unos 860.000 niños menores de cinco años presentan una grave situación de desnutrición. La representante de UNICEF, Andrea Suley, ha defendido que la ayuda ofrecida se ha traducido en una tasa de recuperación del 80 por ciento en el caso de niños desnutridos, pero ha advertido de que el programa no recauda el 88 por ciento de los fondos que necesita.