El Consejo de Gobierno ha aprobado la revisión de los planes de mejora de la calidad del aire para reducir la concentración de partículas en suspensión menores de diez micras (PM10) en Gijón y Avilés, que estarán vigentes hasta 2019, así como un proyecto de acción a corto plazo para rebajar los niveles de benceno en la localidad ovetense de Trubia. Las tres iniciativas movilizarán una inversión global de 24,5 millones.
Las propuestas para Avilés y Gijón profundizan en las actuaciones de mejora que se iniciaron en ambas zonas tras la aprobación, en 2014, de los correspondientes planes, y que han resultado un instrumento muy eficaz para reducir la contaminación por partículas PM10, especialmente en la aglomeración de Gijón.
El esfuerzo conjunto de administraciones, ciudadanos y empresas ha sido determinante para el avance experimentado en los últimos años. Un indicador de esa apuesta coordinada son las inversiones dedicadas al desarrollo de las medidas incluidas en los planes, la mayoría por parte de las industrias generadoras de las emisiones, que ascienden a 17,4 millones en Avilés y a 14,4 en Gijón.
En el caso de Avilés, el nuevo texto recoge 15 líneas de actuación que se ejecutarán hasta 2019 y suponen un coste de 13.734.230 euros. Para Gijón, la suma de las cantidades que se invertirán en las 17 medidas que se aplicarán durante el mismo periodo asciende a 6.682.965 euros.
Las nuevas medidas pretenden, con carácter general, continuar con la mejora de la calidad del aire y actuar en aquellos puntos en los que todavía perduran niveles más elevados de partículas en suspensión o sedimentables, como el polígono de Las Arobias y San Juan de Nieva, en Avilés-Castrillón, y Monteana y El Lauredal, en Gijón.
Las acciones previstas inciden en la reducción de las emisiones ligadas a la actividad industrial, con la aplicación de límites más estrictos; la implantación de medidores en continuo en los principales focos, e iniciativas concretas para disminuir las emisiones difusas procedentes de los acopios. Los planes establecen, además, sistemas de videovigilancia de los puntos más relevantes, con el fin de detectar y corregir incidencias. En los entornos portuarios se reforzarán los métodos de abatimiento de las partículas resultantes de las actividades realizadas con graneles y se mejorarán los almacenamientos, los apantallamientos y la limpieza de viales. La información ambiental y el conocimiento sobre la calidad del aire también tendrán una importante función.
Por su parte, el plan de acción a corto plazo para la reducción de los niveles de benceno en Trubia cuantifica y establece el origen de la contaminación por este compuesto y fija 26 medidas para atajarla, distribuidas en tres grandes grupos en función de la entidad encargada de su desarrollo. Así, incluye iniciativas para las instalaciones de Industrial Química del Nalón, S.A., que realizará la propia empresa; acciones para las instalaciones de Industrias Doy Manuel Morate, S.L, que asumirá también la compañía, y las actuaciones que impulsará el Principado. Todas las partes, junto con el Ayuntamiento de Oviedo, serán responsables de la buena marcha del plan.
Estas medidas, salvo las de ejecución permanente, no se prolongarán más allá del 1 de diciembre de 2018. No obstante, una vez finalizadas la mayor parte de ellas a lo largo de este año, se evaluará su eficacia.
Las actuaciones ya realizadas o en proceso de ejecución en Trubia están cuantificadas en 4.987.079 euros y el mayor esfuerzo inversor, concretamente 4,58 millones, recae en Industrial Química del Nalón S.A.