Berlín/Doha, 2 abr (dpa) – El Gobierno alemán criticó hoy la conocida como ‘ley Al Jazeera», impulsada por el Gobierno israelí y aprobada el lunes por el Parlamento del país, que busca cerrar a aquellos medios considerados un riesgo para la segurida del Estado.
«Tomamos nota con preocupación de la nueva ley israelí sobre los medios de comunicación», declaró hoy desde Berlín un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores al ser consultado por dpa.
«Un escenario de prensa libre y diversa es la piedra angular de una democracia liberal», añadió.
El Gobierno israelí acusa al canal de televisión Al Jazeera de informar de forma tendenciosa y ordenó su cierre tras la aprobación el lunes en el Parlamento de una ley impulsada por el primer ministro, Benjamin Netanyahu.
Al Jazeera, por su parte, rechaza las acusaciones de parcialidad y condenó la decisión. La cadena de televisión, con sede en el emirato de Catar, calificó de «mentiras peligrosas y ridículas» las acusaciones vertidas por Netanyahu.
La cadena explicó que las últimas medidas israelíes forman parte de una serie de «ataques sistemáticos israelíes para silenciar a Al Jazeera» y agregó que se reserva el derecho de emprender acciones legales en contra de ellas.
Desde el comienzo de la guerra en Gaza, el canal ha informado ampliamente sobre la catastrófica situación en la Franja de Gaza y ha mostrado imágenes de muerte y destrucción que rara vez se ven en las cadenas de televisión israelíes.
También muestra de forma regular vídeos del brazo militar de Hamás, las Brigadas de Ezedin al-Kasem, a menudo de ataques a soldados israelíes, y ha acusado en numerosas ocasiones al ejército israelí de atacar deliberadamente a periodistas desde el comienzo del conflicto.
Al Jazeera se fundó en 1996 y tiene su sede en Doha. Fue una de las primeras televisiones árabes en publicar reportajes críticos sobre la región, por lo que rápidamente ganó popularidad en el mundo árabe.
Los críticos acusan al canal de actuar como portavoz de Hamás. Antes del estallido de la guerra de Gaza, el propio Catar era considerado uno de los principales apoyos financieros de la organización terrorista. Altos representantes de Hamás también viven en Doha.