Además de por la caza furtiva y la pérdida de su hábitat natural, las poblaciones de primates salvajes han disminuido de forma drástica debido a enfermedades como el ébola y el ántrax. Se estima que solo el ébola ha matado a un tercio de los gorilas en libertad en todo el mundo durante las últimas tres décadas.
Un estudio, liderado por la Universidad de Cambridge (Reino Unido), ha utilizado chimpancés en cautividad para probar la administración oral de una vacuna contra el virus del ébola, la principal amenaza para los chimpancés y gorilas salvajes en la actualidad. Sus resultados sugieren que la vacunación oral es una opción prometedora para la conservación de estos animales en peligro de extinción.
«En 2014 el mundo fue presa del temor de una epidemia por el virus del Ébola. Sin embargo, poca gente es consciente de que esta enfermedad ha causado una mortalidad a escala de pandemia en nuestros parientes más cercanos», declara el investigador principal del trabajo, Peter Walsh, de la Universidad de Cambridge.
Los animales en cautiverio que participaron en el ensayo mostraron muy pocos signos de estrés. El estudio se realizó con diez chimpancés de Louisiana, en una de las últimas instalaciones de investigación que quedan en los EE UU con esta especie. Seis recibieron la vacuna oral, mientras que cuatro se utilizaron como grupo de control.
Todos los animales mostraron una respuesta inmune sólida y sin efectos secundarios tras cumplirse 28 días de la vacunación. Esta es la primera vacuna administrada por vía oral desarrollada específicamente con el fin de conservar a monos salvajes.
Saldar una deuda con nuestros parientes más cercanos
Después de décadas utilizando chimpancés para probar vacunas destinadas a los seres humanos, los cambios en la ley han llevado a la retirada forzosa de poblaciones cautivas y al cierre de las instalaciones de investigación de chimpancés en los EE UU, el último de los países desarrollados donde las pruebas biomédicas en chimpancés era legal.
Las vacunas orales ofrecen una oportunidad real para frenar su declive
«Las vacunas orales ofrecen una oportunidad real para frenar su declive. La principal deuda ética que tenemos con ellos no es solo con los pocos animales que hay en cautividad, sino con la supervivencia de una especie entera que estamos destruyendo en la naturaleza: nuestros parientes más cercanos», añade Walsh.
Los investigadores aseguran que con este trabajo se ofrece un modelo que podría ser aprovechado para otras enfermedades y especies de monos en su hábitat natural.
«Los monos africanos también están amenazados por agentes patógenos de origen natural como el ántrax y por patógenos humanos como el sarampión. La esperanza radica ahora en que muchas enfermedades se pueden prevenir con vacunas”, explica el científico.
Las vacunas orales alojadas en cebos comestibles atractivos podrían distribuirse en todos los territorios donde hay primates salvajes, para inocular grandes cantidades durante períodos más largos.
«Hemos desarrollado una herramienta muy prometedora para su inoculación en especies de primates contra innumerables enfermedades mortales a las que se enfrentan en la naturaleza, pero el progreso continuado depende del acceso a un pequeño número de animales en cautividad”, dice Walsh.
Este enfoque ya ha tenido éxito en otras especies como el zorro, donde la rabia prácticamente se ha eliminado en Europa continental. «En un mundo ideal, no habría la necesidad de tener a chimpancés en cautividad», subraya Walsh. «Pero este no es un mundo ideal. Es un mundo donde las enfermedades como el ébola, junto con la caza furtiva desenfrenada y la pérdida de hábitat, son los principales cómplices de la rápida disminución de la fauna salvaje”, concluye.
SINC