El sector arrocero en Colombia atraviesa una crisis marcada por la sobreoferta del grano y la caída de los precios de compra, factores que han llevado a los productores a exigir medidas urgentes para garantizar su sostenibilidad. Uno de los principales puntos de controversia en el reciente paro arrocero es el impacto de las importaciones provenientes de Estados Unidos y Ecuador, que han agravado la situación de los agricultores nacionales.
Según los productores, el aumento de las importaciones de arroz ha generado una reducción en el precio de compra del grano nacional, lo que dificulta la competitividad de los agricultores colombianos. Actualmente, el precio por carga de 125 kg se sitúa en aproximadamente 185.000 pesos, una cifra que, según el gremio arrocero, no cubre los costos de producción, estimados en un punto de equilibrio cercano a los 220.000 pesos por carga.
Las importaciones desde Estados Unidos y Ecuador se enmarcan en acuerdos comerciales permitiendo la entrada del grano sin aranceles o con tarifas reducidas. Sin embargo, los productores colombianos argumentan que estos tratados han debilitado la producción local, ya que el arroz importado se vende a precios más bajos, generando una competencia desigual.
Posicionamiento del gremio arrocero y el Gobierno
De igual forma, los arroceros han expresado su inconformidad con la falta de medidas que protejan la producción nacional frente a la competencia externa. En las mesas de diálogo con el Gobierno, se discutieron alternativas para mitigar los efectos negativos de las importaciones, pero hasta el momento, la solución propuesta ha sido un auxilio de $10.000 millones para la comercialización del arroz, lo que ha sido recibido con escepticismo por parte del gremio.
Carlos Rojas, líder de los productores en Tolima, señaló que esta ayuda no resuelve el problema de fondo y que es necesario revisar la política de importaciones para evitar la quiebra de cientos de agricultores.
Para muchos expertos del sector, la crisis del arroz en Colombia requiere soluciones estructurales que vayan más allá de subsidios temporales. Algunas propuestas incluyen:
- Renegociar o regular las importaciones de arroz para equilibrar la oferta y demanda en el mercado interno.
- Incentivos a la producción nacional, como acceso a créditos blandos, reducción de costos en insumos y mayor inversión en tecnología para mejorar la competitividad.
- Establecimiento de precios mínimos de compra que garanticen rentabilidad a los productores.
Mientras se define el futuro del acuerdo entre los arroceros y el Gobierno, el sector sigue en incertidumbre, a la espera de soluciones que permitan garantizar la sostenibilidad de la producción nacional frente a la competencia de los mercados internacionales.
Por Judith Moreno / Notipress