Berlín, 9 sep (dpa) – El Consejo Central de los Judíos de Alemania alertó hoy del peligro de minimizar los ataques xenófobos y antisemitas ocurridos los últimos días durante las protestas ultraderechistas que sacudieron la ciudad de Chemnitz tras la muerte de un alemán presuntamente a manos de tres refugiados.
«No apruebo los intentos de algunos políticos y representantes de las autoridades de seguridad de restar importancia a la situación en Chemnitz», declaró el presidente de la organización, Josef Schuster.
El dirigente judío se mostró conmocionado por el ataque a un restaurante de comida judía en Chemnitz que tuvo lugar en el marco de las marchas xenófobas.
«Los disturbios racistas» y el ataque al restaurante muestran cuán arraigado está el extremismo de derechas en esta región, dijo Schuster. «Intentos de aplacar los ánimos y la falta de distanciamiento de los populistas de derechas son agua para los molinos de estas fuerzas», advirtió.
«Tenemos que llamar a las cosas por su nombre. Es lo que espero en especial de aquellos que son responsables de la seguridad interior de Alemania (…) Los intentos de las autoridades de relativizar los hechos me hacen dudar seriamente del trabajo de estas autoridades».
Schuster se refería de forma indirecta al presidente del servicio de inteligencia interior de Alemania, Hans-Georg Maassen, quien cuestionó la cobertura de los medios sobre presuntas cacerías de extranjeros en Chemnitz así como la autenticidad de un video en el que se ve a ultraderechistas corriendo detrás de migrantes.
El responsable de la inteligencia interior sugirió que podría tratarse de información falseada para desviar la atención de lo que tachó de «asesinato» y desató una agria polémica sobre si hubo o no cacería de extranjeros en Chemnitz, al tiempo que contradijo a la propia Merkel, quien habló de persecución de inocentes.
Chemnitz se convulsionó después de que el 26 de agosto un hombre de 35 años de padre cubano fuese acuchillado supuestamente por tres refugiados. Un iraquí y un sirio están detenidos por sospecha de homicidio y un segundo iraquí es buscado por el incidente, en el que también resultaron gravemente heridos otros dos alemanes.
La ciudad del este alemán ha sido desde entonces escenario de protestas anti-inmigración y contramanifestaciones. En el marco de las protestas también hubo episodios de agresión a periodistas, políticos y el ataque al restaurante judío y a su dueño, que resultó levemente herido.