(dpa) – La batería es para el uso diario y en viajes más largos se puede beneficiar del motor a gasolina: con el híbrido enchufable la industria del automóvil intenta desde hace algunos años atraer a los clientes más escépticos hacia la movilidad eléctrica.
Un híbrido enchufable (PHEV, según sus siglas en inglés) cuenta con un motor de combustión interna y uno eléctrico (Twin Engine), que es impulsado por una batería de iones de litio, que puede recargarse enchufando el coche a la red eléctrica convencional.
Según los expertos, combinan lo mejor de dos mundos y se convierten además en una tecnología de transición. El hecho de no tener que preocuparse por el alcance o de buscar desesperadamente una estación de recarga genera una mayor confianza para aventurarse a esta nueva forma de movilidad urbana.
«En la ciudad se conduce de forma puramente eléctrica, y en el caso de distancias largas ayuda el motor de combustión», señala Torsten Eder, jefe del área de Transmisiones de Mercedes-Benz.
También Andreas Radics, de la consultora de estrategias Berylls, opina que los híbridos enchufables, como tecnología de transición, acelerarán significativamente la revolución de la movilidad.
«Especialmente en países o regiones donde la infraestructura de carga para los vehículos eléctricos casi no está desarrollada o crece lentamente», señala el asesor de Berylls.
«Estos vehículos, por así decirlo, son un puente entre el viejo motor de combustión y el nuevo mundo de la movilidad eléctrica», sostiene Radics.
«Si se utiliza de manera apropiada, es decir, en la medida de lo posible en el modo eléctrico, el híbrido enchufable es tan respetuoso con el medio ambiente como un coche eléctrico puro. En general también es más barato porque no requiere una batería grande y cara», explica.
Pero justamente, hay muchas dudas sobre el uso y la carga regular de la batería del PHEV (Plug-in Hybrid Electric Vehicle).
Aunque los fabricantes a través de sus encuestas de satisfacción informan de un uso regular en el modo eléctrico por parte de sus clientes, también hay historias que dan cuenta de que en muchos híbridos enchufables de segunda mano el cable de recarga se encuentra en el maletero dentro de su embalaje original.
Hay varios estudios que apoyan esta tesis. Por ejemplo, el Instituto alemán Fraunhofer de Investigación de Sistemas e Innovación (ISI) corroboró que solo el 37 por ciento de los kilómetros recorridos en híbridos enchufables particulares y solo el 20 por de los kilómetros recorridos por vehículos de uso laboral eran eléctricos.
«En promedio, el consumo real de combustible y de emisiones de CO2 de los vehículos híbridos enchufables particulares en Alemania es más del doble de lo que indican las pruebas oficiales, mientras que los valores de los coches de empresa son incluso cuatro veces más altos», destaca el investigador del ISI Patrick Plötz.
En una prueba, Mercedes comparó un híbrido enchufable GLE 350 de, cuya batería estaba vacía, con un motor de combustión de potencia similar. El motor híbrido consumió alrededor de un 25 por ciento menos de gasolina que el de combustión, detalla el jefe de Transmisiones de la marca alemana.
«El vehículo se vuelve más eficiente en general porque, por un lado, la energía se recupera durante el frenado y, por otro, el motor de combustión puede funcionar en rangos de velocidad y carga con un consumo óptimo».
«Las diferentes características de los motores se complementan perfectamente. Un motor eléctrico funciona más eficientemente a bajas velocidades y un motor de combustión a velocidades y cargas más altas», explica el ingeniero de Mercedes.
Por su parte, fabricantes como Jeep o BMW ya están experimentando con la llamada geolocalización (geofencing), que utiliza los datos de navegación para controlar la interacción. Por ejemplo, un Jeep adecuadamente equipado cambia automáticamente la electrónica a modo eléctrico cuando llega al centro de la ciudad.
En tanto, el fabricante alemán de cajas de cambio ZF quiere motivar a los clientes con un entrenador de manejo eléctrico (eDrive Trainer), que utiliza un sistema de recompensas similar al de un rastreador de actividad física en la muñeca.
Según el portavoz de ZF, Thomas Wenzel, el sistema funciona de tal manera que se suman puntos de bonificación cuanto más a menudo se conduce eléctricamente y se carga la batería.
BMW ya puso en práctica esta idea: los conductores suman puntos por cada kilómetro recorrido con motor eléctrico, que pueden ser intercambiados por electricidad gratuita en la estación de carga.
Además, a través de la aplicación «Convenience Charging», los usuarios podrán mejorar los beneficios de la electromovilidad, como por ejemplo planificar la recarga desde su casa o buscar puntos de recarga junto a restaurantes, que además ofrezcan WiFi gratis.
Por Thomas Geiger (dpa)