Los urólogos zaragozanos Carlos y Jorge Rioja han comenzado a aplicar de forma pionera en el Hospital Viamed Montecanal de Zaragoza una nueva técnica que ayuda a reducir el número de biopsias de próstata. Si bien la primera biopsia de próstata es necesaria, el nuevo test en sangre permite obviar, en ocasiones, biopsias que se realizaban durante el seguimiento de los pacientes para descartar la presencia de cáncer de próstata. Denominado “test del 4k”, la novedosa técnica podría reducir a la mitad las biopsias que se realizan y que representan una prueba dolorosa y no exenta de riesgos para el paciente.
Desarrollado por la multinacional farmacéutica OPKO, en colaboración con científicos del Memorial Sloan-Kettering Center de Nueva York, entre los que figuran los Dres. Peter Scardino, Hans Lijla, y el estadístico Andrew Vickers, dicho test evita a los pacientes el tener que someterse a las biopsias periódicas para descartar el cáncer de próstata. El Dr. Jorge Rioja estuvo trabajando en dicho Hospital cuando se realizaron los estudios iniciales con esta técnica, valorando en primera persona los resultados de esta prometedora técnica que llega ahora a la capital aragonesa.
El diagnóstico del cáncer de próstata se realiza habitualmente mediante el tacto rectal y un análisis rutinario de sangre para medir los niveles de PSA, proteína cuyos niveles en sangre se elevan en la mayoría de los casos de cáncer de próstata. Sin embargo, este análisis no es suficientemente específico para este tumor, lo cual hace que los pacientes con PSA elevado tenga que pasar por biopsias periódicas como única forma de descartar el cáncer de próstata, “algo que no es lo ideal, pues se trata de un prueba dolorosa, no exenta de riegos y que, en más de la mitad de los casos, desemboca en la conclusión de que se trata de una falsa alarma”, explican los especialistas.
La nueva técnica permite evitar, en muchos casos, la realización de la biopsia, complementando y precisando mucho más los resultados del análisis de PSA en sangre. Se mejora así la calidad asistencial, evitando molestias y reduciendo los tiempos de diagnóstico del cáncer de próstata, una patología con alta prevalencia.
¿En qué consiste?
El test del 4k consiste en el análisis de 4 kalicreínas: PSA total, PSA Libre, PSA Intacto y Kalicreina Humana 2. Añade a dichos análisis una serie de factores como: la edad, raza, tacto rectal y realización de una biopsia de próstata previamente. Todos estos parámetros, son analizados de manera conjunta mediante una herramienta estadística que permite predecir el riesgo de tener un cáncer de próstata de alto riego, o agresivo.
Los últimos estudios más recientes con este análisis, han demostrado que este test es capaz de predecir cánceres que vayan a dar metástasis. Por todo ello, este test supone una herramienta crucial para el urólogo, pues permite diagnosticar mucho mejor los pacientes que se van a beneficiar de un procedimiento invasivo y no exento de complicaciones como es la Biopsia de próstata, así como ajustar de una manera más personalizada el tratamiento de forma individual.
De igual forma, es posible utilizar esta nueva técnica para el seguimiento de pacientes que se encuentran en vigilancia activa de cánceres de próstata de bajo riesgo que no reciben ningún tratamiento para el mismo.
Más de 20 pacientes
Desde su puesta en marcha en Zaragoza, más de una veintena de pacientes se ha beneficiado de dicha técnica que ha permitido evitar 13 biopsias y ha acertado en el diagnóstico de tumores de alto riesgo en otros 7 pacientes en los que el resultado de dicha prueba fue altamente sospecho para un tumor de alto riesgo. Asimismo, se ha aplicado en pacientes de bajo riesgo que estaban sometidos a protocolos de vigilancia activa, confirmando con su resultado que se trataban de tumores de bajo riesgo.
El cáncer más frecuente en el hombre es el cáncer de próstata, con aproximadamente 20.000 nuevos casos en España cada año. En España se realizan 100.000 biopsias al año y los desarrolladores de esta técnica estiman que, si se generaliza su uso, podrían reducirse a la mitad. La mayoría de los casos se diagnostican entre los 60 y los 80 años