El Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO ha aprobado en su reunión anual, celebrada en Bonn (Alemania), incluir los Caminos de Santiago del Norte de España en la lista del Patrimonio Mundial. Al encuentro han asistido la consejera de Educación, Cultura y Deporte, Ana González, y el director general de Patrimonio Cultural, Adolfo Rodríguez Asensio.
Asturias ha sido la comunidad autónoma encargada de coordinar los trabajos técnicos que han concluido con esta declaración. Así, en 2006 se constituyó un grupo de trabajo, presidido por el Principado de Asturias, en el que participaron todas las comunidades por las que discurren las rutas jacobeas del norte de España: País Vasco, La Rioja, Cantabria, Asturias y Galicia, además del Ministerio de Cultura.
Las diferentes rutas del Camino de Santiago, ahora inscritas en la lista del Patrimonio Mundial, suman una longitud global de 1.498,91 kilómetros.
También se han incluido en el listado 16 bienes culturales directamente vinculados al Camino de Santiago y que cuentan con la máxima protección patrimonial (son Bien de Interés Cultural, o su equivalente en el caso del País Vasco).
Además de los tramos del Camino Primitivo y del Camino Costero que discurren por Asturias, la comunidad ha aportado cuatro de los 16 bienes culturales seleccionados para ejemplificar el rico patrimonio cultural asociado a las rutas jacobeas del Norte.
Las rutas asturianas del Camino de Santiago, ahora inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial, discurren por los siguientes 30 concejos:
• Camino Primitivo: Oviedo, Las Regueras, Grado, Salas, Tineo, Allande y Grandas de Salime.
• Camino Costero y enlace con el Primitivo: Ribadedeva, Llanes, Ribadesella, Caravia, Colunga, Villaviciosa, Sariego, Siero, Oviedo, Gijón, Carreño, Corvera de Asturias, Avilés, Castrillón, Soto del Barco, Muros de Nalón, Cudillero, Valdés, Navia, Coaña, El Franco, Tapia de Casariego, Castropol y Vegadeo.
Razones para incluir los Caminos del Norte en la lista del Patrimonio Mundial
Los criterios por los que se ha decidido incluir los Caminos de Santiago del Norte en la lista del Patrimonio Mundial son los siguientes:
• Por atestiguar un intercambio de valores humanos considerable, durante un periodo concreto o en un área cultural del mundo determinada, en los ámbitos de la arquitectura o la tecnología, las artes monumentales, la planificación urbana o la creación de paisajes.
Los caminos de Santiago del Norte fueron, como herederos de las vías de comunicación existentes entre Francia y la fachada cantábrica de la Península Ibérica en la Antigüedad, los principales ejes de transmisión de ideas, influencias culturales e intercambios diplomáticos y humanos entre ambas zonas.
Además, cumplieron un papel extraordinario en la unidad de Europa en un período histórico muy complejo, como fue el posterior a la caída del Imperio Romano y los primeros siglos medievales. Este papel se mantuvo a lo largo de los años y permitió, por encima de conflictos y períodos de rupturas o desencuentros, que se perpetuara un diálogo continuado entre los pueblos, expresado en las múltiples manifestaciones artísticas, intelectuales y humanas que se expandieron en ambos sentidos.
Los Caminos de Santiago del Norte también constituyen un testimonio excepcional de la civilización cristiana a lo largo de su historia. De esta forma, acogieron las distintas mutaciones que esta religión protagonizó en el ámbito litúrgico o en las manifestaciones de devoción popular.
Asimismo, constituyen la huella del legado histórico forjado por el cristianismo primitivo, puente entre las manifestaciones religiosas de la Antigüedad tardía y la religiosidad altomedieval, y que tuvo una de sus máximas expresiones en el culto a las reliquias y a las tumbas de los santos.
En este sentido, los Caminos del Norte contribuyeron a escribir las primeras páginas de una tradición cultural de enorme magnitud en la Historia de la humanidad.
• Por ser un ejemplo eminentemente representativo de un tipo de construcción o de conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje que ilustre uno o varios periodos significativos de la historia humana.
Los Caminos de Santiago del Norte constituyen una unión de ideas y creaciones artísticas en el tiempo, tanto más notables cuando en su itinerario se conservan las construcciones más significativas del Arte Prerrománico de los siglos VIII-X, dotado de una serie de singularidades estéticas y arquitectónicas que lo convierten en un ejemplo único a nivel europeo.
Por otra parte, estas rutas fueron el eje de penetración de nuevas corrientes artísticas vinculadas a las manifestaciones de piedad religiosa, como el arte románico, el gótico o el barroco, que fueron enriqueciendo el acervo patrimonial del itinerario jacobeo.
A su vez, las propias necesidades de los caminos como vías de comunicación alimentaron la presencia de unas infraestructuras propias (puentes, hospitales y albergues) que permiten seguir hoy los pasos del antiguo peregrinaje a través de su legado patrimonial.
En última instancia, su importancia política y económica fue la llave de una profunda mutación en la ordenación del territorio, encabezada por la presencia de una red de castillos medievales que controlan sus pasos y sucedida por las distintas capitalidades de los concejos y territorios medievales y modernos que suponen la base de la articulación política y geográfica actual.
• Por estar directa o materialmente asociados con acontecimientos o tradiciones vivas, ideas, creencias u obras artísticas y literarias que tengan una importancia universal excepcional.
Los Caminos del Norte constituyen las raíces de la peregrinación jacobea y, por lo tanto, la cuna del Camino de Santiago como excepcional testimonio del poder que la fe tiene entre personas de todas las clases sociales y procedencias geográficas, desde la Edad Media hasta la actualidad.
Su importancia va más allá del fenómeno religioso y se une a la hermandad de peregrinaciones que, en torno a las distintas creencias religiosas, constituye una prueba del espíritu humano en su abnegación por alcanzar una meta o un sueño frente a cualquier dificultad.
Historia del Camino
El Camino de Santiago es una de las principales rutas de peregrinación del cristianismo desde hace 1.200 años y enlaza distintos puntos del continente europeo con la ciudad de Santiago de Compostela, en cuya catedral se cobijarían, según la tradición, los restos del apóstol Santiago.
A lo largo de los siglos, el Camino de Santiago se ha conformado como un eje en torno al cual se han producido múltiples relaciones e intercambios entre los distintos pueblos de la Europa occidental, tanto en el ámbito cultural y artístico como en el social y económico, especialmente durante la Edad Media.
En la actualidad, la peregrinación ha vuelto a cobrar un impulso extraordinario tras la revitalización que el Camino de Santiago ha experimentado en las dos últimas décadas.
En este mapa devocional, los Caminos del Norte constituyen las raíces de la peregrinación jacobea, ya que han estado directamente unidos al hallazgo de la tumba del apóstol y a su promoción por parte del reino de Asturias en el siglo IX y solo fueron sustituidos por el Camino Francés como vía principal de comunicación a partir del XI.
Esto los convierte en elementos imprescindibles para el reconocimiento internacional del Camino de Santiago, tal y como acaba de reconocer la UNESCO al aprobar su inclusión en la lista del Patrimonio Mundial. Esto supone una ampliación del reconocimiento que se había otorgado al denominado Camino Francés en 1993 y, posteriormente, en 1999, a las cuatro principales rutas de peregrinación jacobeas de Francia.