Aunque parezca mentira cuando está asomando una de las últimas olas de calor de este verano, que ya en julio ha batido todos los récords, es hora para quienes se dedican a vender o comprar moda de pensar en la próxima temporada y de comenzar con los avances de lo que se llevará.
El otoño está a la vuelta de la esquina y, con él, el consabido cambio de armario que traerá consigo una nueva forma de combinaciones de colores en ropa de hombre y mujer que servirá de punto de partida para ir acabando el calendario de este año.
Pantone sirve de referencia para la moda
Según se ha podido saber ya, serán los tonos llamados vibrantes los que llenarán escaparates. Así, el rojo, el teja, el verde oliva, azul marino serán la tónica que vestirá a caballeros a partir de septiembre, colores que hacen que cualquier look responda al alma más bohemia y le haga ser más elegante gracias a complementos como pañuelos, pero también a prendas de vestir clásicas y modernas que funcionan para cualquier tipo de estilo.
Los cuadros vuelven con más fuerza que nunca
Cuadros en trajes de chaqueta, pero también pantalones de corte clásico o incluso en jerséis serán unos de los must este otoño.
La geometría de los cuadros y de líneas asimétricas de distintas tonalidades servirán de telón de fondo para looks de lo más casual.
Como base para cualquier tipo de estilo, contar con ese tipo de estampado servirá para ganar en imagen, pero la imagen debe llevar consigo también el estilo de carácter.
No todo es la ropa
Sin embargo, pese a que la moda es algo que cambia de una temporada a otra, hay algo que acaba siendo atemporal y que cada vez vuelve a estar mejor valorado.
La educación, la caballerosidad y, sobre todo, la elegancia de una forma de ser atractiva, respetuosa e incluso que destaque por el atrevimiento de ser uno mismo es lo que de verdad da sentido a cualquier prenda que se precie.
Cada vez son más las voces de la moda que hablan de una anarquía en ropa que responda precisamente a la imagen y carácter que se quiere proyectar.
Cuando se habla de elegancia en un hombre no se refiere a quien porta un traje sastre, que también, sino a quien, llevando incluso vaqueros, sabiéndolos combinarlos, tiene ese carácter de clasicismo que reinaba a finales de los 60 y que tanto ha servido de ejemplo para nuevas generaciones venideras.
Ese galán de cine que siempre sabía cómo tratar a quienes hablaban con él, que sabía pedir las cosas de forma educada, utilizando un vocabulario buscado y que sabía adaptarse a cada circunstancia. Esa es la verdadera elegancia, la capacidad de adaptarse al entorno desde el respeto, la tolerancia y vistiendo como mejor le haga sentir a uno, aprovechando la oportunidad de un tipo de ropa que responde a todo tipo de gustos gracias a grandes diseñadores que han sabido escuchar al hombre y le han dado el tipo de prenda propio, original, que pedía.
Porque los colores los marca la tendencia, pero el carácter viene con la persona y no solo habla de él sino de dónde viene y, sobre todo, hacia dónde quiere ir.