Vreden (Alemania), 16 abr (dpa) – Un zapatero alemán ya jubilado, especialista en talles enormes, viajará este jueves a Venezuela para entregar tres nuevos pares de calzado a Jeison Rodríguez, el hombre con los pies más grandes del mundo.
Georg Wessels, de 71 años, reside en Vreden, en el noroeste de Alemania, transportará a Sudamérica un par de sandalias, un par de zapatos de calle cerrados y una combinación de ambos.
Se trata de calzados de talla algo inferior al 70, para pies de más de 40 centímetros. Jeison Rodríguez continúa creciendo a causa de una enfermedad.
Debido a la situación de seguridad imperante en Venezuela, Wessels contará con el respaldo de la embajada de Alemania y de la Iglesia católica. Desde Caracas seguirá viaje hasta la localidad de Maracay, al oeste de la capital, donde vive Rodríguez.
Rodríguez viajó en 2018, cuando tenía 22 años, personalmente a Vreden, donde retiró los zapatos que se le habían confeccionado a medida.
Pero recientemente la pandemia de coronavirus y el tamaño de su cuerpo le impidieron viajar. En 2021, por la crisis del coronavirus, la organización alemana de ayuda de la Iglesia Católica en Latinoamérica, Adveniat, asumió el costo del envío de los zapatos.
Ya desde hace muchas décadas que este especialista en zapatos le regala calzado a las personas con pies gigantes. Inicialmente, se trató de una acción promocional para su negocio en Vreden.
Pero entretanto paga con amplias cifras de su propio dinero los viajes, lo que únicamente se puede explicar con la amistad que lo vincula con sus clientes.
«Las personas como Jeison simplemente me dan pena. Mantenemos contacto de manera regular. Cuando nos hablamos por teléfono, me dice papá», declaró Wessels a dpa, antes de emprender su viaje. Los nuevos calzados fueron fabricados por su sobrino Adrian, quien tomó las riendas del negocio.
Un tumor en la glándula pituitaria hace que enfermos como Rodríguez crezcan y crezcan, con peligrosas consecuencias. Si la medicación y una operación no detienen el crecimiento, las personas con estas afecciones suelen morir tempranamente, porque el cuerpo ya no puede hacer frente a su tamaño.
«Jeison no tiene dinero para el tratamiento», comentó el zapatero jubilado antes de su viaje.