Berlín, 20 may (dpa) – La Bundesliga sabe a poco en la capital bávara. Con un solo título bajo el brazo, el Bayern Múnich cerró este sábado una temporada agridulce que empañó el adiós definitivo del entrenador Jupp Heynckes.
La decepción reinó en las filas de un equipo acostumbrado a ganarlo todo y que en Berlín sufrió una derrota por 3-1 ante el Eintracht Frankfurt en la final de la Copa Alemana.
La desdicha del Bayern fue la suerte de su rival, que tras tres décadas sin levantar un trofeo se coronó como campeón en la capital alemana a los mandos de Niko Kovac, quien -carambolas del destino- la próxima temporada entrenará al conjunto muniqués.
La veteranía de Heynckes sucumbió ante un técnico ávido de engordar su palmarés para comenzar con confianza y buenas credenciales una nueva etapa en el Bayern.
Heynckes, que a sus 73 años ahora regresará a su ansiada jubilación, pone punto y final a una exitosa carrera como estratega sin poder conseguir tampoco el doblete de Liga y Copa.
El revés de este sábado se suma a la dolorosa eliminación de la Liga de Campeones europea ante el Real Madrid, que ya frustró el sueño del técnico alemán de repetir el triplete de 2013.
«La vida de un deportista está formada de victorias y derrotas. Es algo que aprendí en mi carrera», declaró Heynckes tras dirigir el último partido de su carrera.
«A partir de la próxima semana, quiero disfrutar de la vida», dijo a continuación antes de recibir un aplauso de reconocimiento por parte de los periodistas presentes. Hoy, en la Marienplatz de Múnich, recibió la ovación de 15.000 personas a pesar de la caída.
El técnico interrumpió su jubilación a mediados de octubre para hacerse cargo del Bayern, en la que fue su cuarta etapa con los bávaros. Heynckes sucedió en el puesto al italiano Carlo Ancelotti, que tuvo que hacer las maletas por malos resultados.
El acuerdo al que llegó con el club es que tomaría las riendas del equipo simplemente hasta final de temporada, para dar tiempo a buscar una solución permanente. Pese a las insistencias para que se quedara más allá, demostró que es un hombre de palabra.
Su despedida, en la que ha logrado que el Bayern se erija como campeón de la Liga alemana por sexta vez consecutiva, podría haber sido más pomposa. «Ha sido una temporada brutalmente decepcionante», admitió el internacional alemán Joshua Kimmich.
Para Kovac, el técnico que este sábado logró el primer trofeo en 30 años del Frankfurt, las últimas horas han sido un carrusel de emociones. A sus 47 años, saborea las mieles del éxito antes de dar el salto hacia un equipo que forma parte de la elite de fútbol europeo.
En unas semanas, Kovac asumirá el mando de la célebre Säbener Strasse. Desde el primer minuto su trabajo estará sometido a escrutinio público y al foco mediático. La exigencia en Múnich es máxima y los errores se pagan caros.
Por Eric Dobias y Florian Lütticke (dpa)