(EP) – El Gobierno de Ecuador respalda el proceso que acoge en México entre los principales actores políticos de Venezuela, en la medida en que siempre está dispuesto a «favorecer» los acercamientos que puedan derivar en una resolución de la crisis política, por ejemplo con «elecciones limpias», que «transmitan certeza y seguridad».
Así lo resume el ministro de Exteriores ecuatoriano, Mauricio Montalvo, que observa desde el respeto lo que pueda surgir de la capital mexicana mientras reconoce que cualquier avance debe trascender el ámbito estrictamente político para reivindicar también cuestiones como el respeto de libertades y Derechos Humanos en Venezuela.
«La situación de Venezuela debe ser resuelta principalmente por los propios venezolanos», recalca, en una entrevista a Europa Press en la que Montalvo, no obstante, ha dado pie a otros «espacios» y contribuciones de carácter regional e internacional.
Ecuador no forma parte del Grupo de Lima, el principal bloque regional aliado del opositor Juan Guaidó, que en enero de 2019 se autoproclamó ‘presidente encargado’ de Venezuela. Fue una decisión de la Administración anterior, presidida por Lenin Moreno, pero Montalvo se muestra conforme con ella, en la medida en que también el Gobierno actual se inclina más hacia el Grupo Internacional de Contacto, liderado por la Unión Europea e integrado, entre otros países, por España.
Interrogado por los motivos, el canciller ecuatoriano apunta que contar con representantes europeos y de América Latina dota al Grupo de Contacto de «mayor amplitud», frente a un Grupo de Lima en el que Ecuador por ahora solo ha participado en calidad de «invitado».
«PREOCUPACIÓN» CON NICARAGUA
Montalvo rehúsa establecer un paralelismo entre lo que ha ocurrido en Venezuela y las últimas crisis políticas abiertas en Cuba o Nicaragua, entendiendo que, «más allá de la afinidad ideológica, cada país tiene su propio proceso y responde a sus propias particularidades».
En el caso de Nicaragua, el jefe de la diplomacia ecuatoriana recuerda que Quito ha respaldado todas las resoluciones aprobadas en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), críticas con el Gobierno de Daniel Ortega, al que recrimina las últimas medidas de presión adoptadas contra la oposición.
Montalvo admite que Nicaragua es «una causa de preocupación» y aboga por la libertad de los «perseguidos políticos», por el cese del «hostigamiento» sobre políticos opositores.
Ecuador, que no tiene Embajada en Managua y se siente «un poco libre» a la hora de opinar, no valora en cambio la «tensión» existente entre las autoridades nicaragüenses y otros países como España, que esta semana ha llamado a consultas a su embajadora. El canciller recalca que Ecuador, como tercer país, debe observar «con suficiente respeto» este tipo de incidentes.
CASO ASSANGE
Ecuador entró de lleno en la polémica política y legal en torno al fundador de Wikileaks, Julian Assange, refugiándolo en su Embajada en Londres en junio de 2012. El expresidente Moreno revocó el asilo concedido por su predecesor, Rafael Correa, y el arresto de Assange en abril de 2019 abrió un nuevo capítulo: el de la potencial extradición a Estados Unidos.
Montalvo considera que el caso «ha sido zanjado desde el punto de vista legal y diplomático» para Quito, ya que el pulso judicial por la extradición ha quedado ya como un «asunto bilateral» entre Londres y Washington.
Solo quedaría abierto un frente, en manos de los tribunales, sobre la revocación de la nacionalidad ecuatoriana para Assange –una sentencia ordena su retirada pero está pendiente de recurso–. El ministro de Exteriores muestra su «absoluto respeto a la separación de poderes y al pronunciamiento que hagan las cortes».