Los perros aman moverse y salir con sus dueños. Sin embargo, no es necesario limitarse a los paseos. Hoy en día hay varios deportes que se pueden compartir con la mascota. Del «dogging» – palabra que resulta de la combinación de dog (perro) y jogging (correr) – forman parte deportes clásicos como la caminata rápida pero también el stand-up-paddling y el yoga para perros.
De todas formas, hay que tener algunas cosas en cuenta. Para empezar, no hay que hacer deportes con cachorros o perros muy jóvenes. Los huesos y articulaciones de los cachorros aún están en crecimiento y no son lo suficientemente estables como para hacer deportes. En el caso de los perros pequeños, esto lleva alrededor de un año. Los perros más grandes apenas alcanzan su desarrollo total a los tres años.
También hay que estar atento a no sobrecargar a perros ya mayores o con enfermedades crónicas. Ante la duda, lo mejor es consultar con el veterinario, que le puede hacer al perro un chequeo médico para descartar, por ejemplo, enfermedades cardiovasculares. El veterinario también debe dar algunos consejos sobre cuál es la mejor actividad física para el animal. Además, sabe qué problemas de salud pueden sufrir determinadas razas.
Los pug y otras razas con la trompa corta suelen respirar mal, por ejemplo. Las razas grandes y pesadas, por otro lado, no son aptas para deportes en los que tienen que saltar mucho porque eso perjudica rápidamente sus articulaciones.
Para elegir bien el deporte, el dueño debería tener en cuenta el carácter del perro, es decir, analizar bien qué tipo de can es. ¿Es más bien un perro protector, guardián, centinela, cazador? Para los perros de caza lo mejor es un deporte en el que puedan usar su nariz, como por ejemplo el mantrailing, en el que los perros deben buscar personas.
Los veterinarios recomiendan actividades en las que los perros puedan moverse de manera pareja, como salir a caminar o andar en bicicleta. Lo ideal es que el perro pueda moverse sin correa. Otra condición importante es que pueda hacer caso correctamente en cualquier situación.
Si se va a andar en bicicleta con el perro atado a una correa, lo mejor es comprarse un accesorio especial que permite que el animal mantega una distancia óptima con la bicicleta. También se recomienda la natación porque es un deporte que no afecta a las articulaciones. Deportes como el frisbee, en los que el perro tiene que saltar y girar con su cuerpo, pueden afectar la columna vertebral del animal.
Más allá de la salud, también es importante que el perro y el dueño se diviertan haciendo deportes juntos. A la hora de elegir un deporte, la máxima es que puede ser nada que perjudique la salud del animal. También es importante tener en cuenta el clima a la hora de elegir un deporte y no hacer actividades con el perro al aire libre en medio del calor agobiante del verano.
Por otra parte, hay que observar si el perro disfruta del deporte y, en caso contrario, no obligarlo a ejercitar. Es fácil detectar si el animal la está pasando bien observando su comportamiento y lenguaje corporal. ¿Se echa o muestra alegría y mueve la cola antes de salir? Por otra parte, los dueños deberían estar atentos no sólo a ejercitar a su perro físicamente sino también mentalmente, planteándole desafíos mentales como buscar objetos.
Pero, ¿cómo comenzar con el deporte? En realidad no es muy distinto a cuando lo hacen las personas. Si antes no se hacía deporte, hay que ir creando estado físico poco a poco. Lo mismo vale para el perro. Es fácil notar que el animal tiene dolor muscular si después de hacer deporte no quiere levantarse por un rato. Si se ha exagerado con el ejercicio, hay que tener más cuidado la próxima vez. Si el perro trota cansinamente por detrás de la bicicleta también es señal de que está agotado.
Para todas las razas de perro es importante precalentar bien los músculos antes de empezar. Para eso lo ideal es hacerlo trotar o caminar un poco antes. También se pueden hacer juegos con órdenes como «¡sit, stop!». El precalentamiento debería durar entre 15 y 20 minutos.
Otro factor importante es tomarse tiempo para ir bajando la temperatura corporal del animal paulatinamente tras el deporte. De lo contrario, el perro estará sentado en el auto jadeando agotado tras un corte brusco de actividades. Al igual que en los humanos, esto puede debilitar el sistema inmunológico o llevar a que les duelan los músculos, algo que debe evitarse.
Por Maria Berentzen (dpa)