Berlín, 22 may (dpa) – El presidente saliente de la junta directiva de Daimler, Dieter Zetsche, recalcó hoy de nuevo antes de dejar el cargo la necesidad de un programa de ahorro en la automotriz alemana, durante la celebración de junta general de accionistas de la empresa en Berlín.
«Todo es revisable: los costes fijos y variables, los costes de material y de personal, los planes de inversión, el alcance del valor añadido y la gama de productos», dijo Zetsche, argumentando que incorporar las nuevas tecnologías a los automóviles cuesta mucho dinero.
«Esto también significa que la movilidad será más cara en el futuro», explicó Zetsche. «Nuestra tarea como compañía es limitar el incremento por nuestros clientes», advirtió.
Zetsche señaló que habría que reducir los costos y aumentar la eficiencia en toda la empresa, pero una vez más no dio ningún detalle sobre el programa de ahorro, que ya había anunciado cuando presentó su balance en febrero pasado.
Daimler perdió más de una cuarta parte de sus beneficios en 2018 como resultado de los conflictos comerciales mundiales, las revisiones de vehículos diésel y los problemas con la conversión de motores al estándar de medición de consumo y escape WLTP. También el comienzo de 2019 fue bastante débil comercialmente. «Lo esperábamos, pero esto no lo hace mejor», admitió.
Zetsche, de 66 años, cederá su cargo de presidente de la junta directiva de Daimler a su sucesor, Ola Källenius, al término de la junta general. El sueco reestructurará fundamentalmente el grupo, siempre que los accionistas estén de acuerdo.
Una nueva estructura, con tres divisiones jurídicamente independientes bajo el paraguas de Daimler AG, hará que el fabricante de automóviles sea más flexible: una para coches y furgonetas, otra para camiones y autobuses y otra para servicios financieros y de movilidad. Con ello se pretende, por ejemplo, crear posibilidades de cooperación con otras empresas.
Zetsche habrá dirigido el fabricante de automóviles alemán durante más de 13 años. Durante su mandato disolvió la unión con el fabricante automotor estadounidense Chrysler, que había sido celebrado de manera eufórica en un principio, pero que luego se convirtió rápidamente en una carga.
Después de la crisis financiera, Zetsche sacó a la empresa de una grave crisis, modernizando el diseño de la marca principal Mercedes-Benz y conquistando así a compradores más jóvenes. Después de muchos años por detrás de su principal rival, el también fabricante alemán BMW, Mercedes recuperó en 2016 el liderazgo mundial en el sector de coches premium.