Hoy 20 de mayo de 2025 se celebra el Día Mundial de las Abejas, una especie que se enfrenta a nuevos retos y a nuevas amenazas como son las guerras, los microplásticos y la contaminación lumínica.

Las zonas de guerra, los microplásticos y la contaminación lumínica plantean nuevos riesgos graves para las abejas y otros polinizadores durante la próxima década. Así se recoge en un informe de Bee:wild, una nueva campaña mundial impulsada por la ciencia para salvar a los polinizadores. El documento fue difundido este martes, Día Mundial de las Abejas.
El informe identifica las 12 principales amenazas emergentes que podrían acelerar la pérdida de polinizadores en los próximos 5 a 15 años, según 10 de los principales expertos mundiales. También describe las medidas que se pueden tomar para protegerlos y revertir su declive.
Los polinizadores, como las abejas, las mariposas, algunas aves y los murciélagos, son vitales para la naturaleza y el suministro humano de alimentos, ya que casi el 90% de las plantas con flores y más de tres cuartas partes de los cultivos básicos del mundo dependen de ellos.
Sin embargo, la pérdida de hábitat, los pesticidas, el cambio climático y las especies invasoras han provocado su grave declive, incluida la extinción de algunas especies de abejas.
MÁS PRESIÓN
Una ola de nuevas amenazas añade más presión, según el informe. Por ejemplo, a guerra y los conflictos, como el de Ucrania, obligan a los países a cultivar menos tipos de cultivos y dejan a los polinizadores sin alimentos diversos durante toda la temporada.
Además, partículas microplásticas contaminan colmenas en toda Europa, ya que pruebas realizadas en 315 colonias de abejas melíferas revelaron materiales sintéticos como plástico PET en la mayoría de las colmenas.
Igualmente, la luz artificial nocturna reduce las visitas de polinizadores nocturnos a las flores en un 62% e inhibe el papel crucial que desempeñan las polillas y los insectos nocturnos en la polinización.
Otra amenaza es que la contaminación por antibióticos puede contaminar las colmenas y la miel, y afectar el comportamiento de los polinizadores, reduciendo, por ejemplo, su búsqueda de alimento y sus visitas a las flores.
El informe incluye más desafíos, pues la contaminación del aire afecta a la supervivencia, la reproducción y el crecimiento de los polinizadores; los cócteles de pesticidas debilitan a los polinizadores, que se enfrentan cada vez más a una mezcla peligrosa de diferentes pesticidas, e incendios forestales más frecuentes y de mayor tamaño destruyen hábitats y dificultan la recuperación.
“Identificar nuevas amenazas y encontrar formas de proteger a los polinizadores de manera temprana es clave para prevenir futuros descensos importantes”, según Simon Potts, de la Universidad de Reading (Reino Unido) y presidente del Consejo Asesor Científico de Bee:wild.
Potts añade: “Ya existen diversas oportunidades de conservación y están surgiendo otras. No se trata solo de un problema de conservación. Los polinizadores son fundamentales para nuestros sistemas alimentarios, la resiliencia climática y la seguridad económica. Proteger a los polinizadores significa protegernos a nosotros mismos”.
MEDIDAS
El informe también describe algunas amenazas derivadas involuntariamente de las medidas climáticas, que podrían mejorarse para proteger simultáneamente la biodiversidad.
Por ejemplo, plantar una combinación de árboles con flores y árboles sin flores de rápido crecimiento para la captura de carbono restauraría las oportunidades de polinización. Y evitar las zonas ricas en polinizadores y restaurar los hábitats tras la extracción de materiales para baterías de automóviles también ayudaría a reducir el impacto de la minería a largo plazo.
Estas medidas se encuentran entre las 12 que el informe describe para la protección de los polinizadores. Las cinco principales son leyes más estrictas que limiten la contaminación por antibióticos que perjudica la salud de las abejas, una transición a vehículos eléctricos para reducir la contaminación del aire que afecta a los polinizadores, cultivos con polen y néctar mejorados para una mejor nutrición de los polinizadores, crear hábitats ricos en flores dentro de parques solares y desarrollar tratamientos basados en ARNi (ácido ribonucleico) que atacan las plagas sin dañar a los insectos beneficiosos.
Proteger a las abejas sin aguijón, importantes para la polinización en los trópicos, mediante la creación de huertos urbanos, la reintroducción de especies silvestres y la protección de hábitats naturales es otra solución.
“En lugar de llenarnos de desesperanza, el propósito de la campaña Bee:wild es fomentar la concienciación, la urgencia y dar voz a todos. Hay mucho que podemos hacer para ayudar a salvar a nuestros polinizadores, en nuestros hogares y en nuestra vida diaria. Plantar plantas con flores para alimentarlos, proporcionar refugio al aire libre y considerar dietas más saludables, como las basadas en plantas y sin pesticidas, son aspectos fundamentales”, apunta Eva Kruse, directora ejecutiva de Bee:wild.
Razan Khalifa Al Mubarak, presidenta de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), concluye: “Las decisiones que tomemos hoy moldearán el futuro, no solo de los polinizadores, sino de toda la vida en la Tierra. Juntos, podemos garantizar que estas extraordinarias especies continúen su labor vital, sustentando el mundo natural que nos sustenta a todos”.