Fráncfort, 24 may (dpa) – El Deutsche Bank, el mayor grupo bancario de Alemania, anunció hoy el recorte de más de 7.000 puestos de trabajo dentro de su programa de ajuste tras tres años de pérdidas consecutivas, pasando de los más de 97.000 puestos actuales que tiene a tiempo completo a «notablemente menos de 90.000».
El Deutsche Bank continúa así con los recortes bajo el nuevo liderazgo del alemán Christian Sewing. El anterior presidente John Cryan ya eliminó en 2015 cerca de 9.000 empleos.
El anuncio llegó poco antes de la asamblea general de la entidad en su sede en Fráncfort.
El banco planea llevar a cabo una reestructuración, sobre todo, en el negocio bursátil en donde se eliminarán aproximadamente un 25 por ciento de los puestos. El Deutsche Bank quiere centrarse en soluciones electrónicas para el comercio de acciones y concentrarse en los clientes más importantes en todo el mundo.
«Seguimos comprometidos con nuestra banca de negocios y de inversiones», declaró Sewing. «Sin embargo, debemos concentrarnos en aquello en lo que somos realmente buenos».
El Deutsche Bank no solo quiere emprender medidas para reducir costes en la banca de negocios y de inversiones, sino también rebajar los gastos de todo el grupo rápidamente y de manera decidida. No obstante, la reestructuración tendrá unos costes de hasta 800 millones de euros en el resultado anual de 2018.
Sewing, que ocupa el puesto al frente del banco desde principios de abril, ha incrementado la velocidad a la hora de llevar a cabo la reestructuración en la entidad bancaria tras registrar un primer trimestre flojo. «Debemos cambiar ahora el curso de nuestro banco. No hay tiempo que perder», declaró durante la presentación del balance. «Se debe redefinir el núcleo del banco».
En el primer trimestre del año el mayor banco de Alemania registró un beneficio neto de 120 millones de euros, inferior a los 575 millones de euros de hace un año.
La mala situación financiera que desde hace años arrastra el grupo bancario germano le ha llevado a poner en marcha una profunda reestructuración que ha incluido el cierre de numerosas oficinas tanto en Alemania como en el extranjero, sobre todo en países de Latinoamérica.
De forma paralela a la remodelación de su negocio, el mayor banco alemán se enfrentó en los últimos tiempos a numerosos procesos judiciales que han desembocado en el pago de multas millonarias y que han contribuido a lastrar su cuenta de resultados.