La Copa Mundial de fútbol es el torneo más prestigioso de este deporte, donde equipos nacionales de todo el mundo compiten para llevarse la Gran Final. Mientras se celebran victorias y triunfos, también hay momentos de gran desilusión y derrota.
Una de las derrotas más significativas en la historia del fútbol ocurrió en el partido final del torneo de 1950, cuando Brasil se enfrentó a Uruguay. El partido, conocido como el «Maracanazo», se llevó a cabo en Río de Janeiro y tuvo una gran importancia para ambos equipos.
Aquel día se esperaba que Brasil, jugando en casa, y con una alineación repleta de estrellas, ganara el torneo. Sin embargo, el partido terminó con una impactante victoria 2-1 para Uruguay. La derrota tuvo un profundo impacto en el fútbol brasileño y la identidad nacional. La pérdida fue tan devastadora que se convirtió en una tragedia nacional, lo que provocó un duelo generalizado y se comenzaron a cuestionar las habilidades del equipo.
La derrota hizo añicos el sueño brasileño de ganar la Copa del Mundo en casa y dejó una cicatriz duradera en la nación. Sin embargo, también sirvió como un punto de inflexión, que motivó a Brasil a reconstruirse y eventualmente convertirse en uno de los equipos más exitosos en la historia de la Copa del Mundo.
La Italia de Lippi
Italia, una potencia futbolística con una rica historia en la Copa del Mundo, sufrió una gran derrota en el torneo de 2010. Se esperaba que el equipo dirigido Marcello Lippi tuviera un buen desempeño. Sin embargo, Italia no pudo avanzar más allá de la fase de grupos y terminó último en su grupo. La derrota fue un shock para el mundo del fútbol, ya que Italia tenía una sólida reputación y había ganado la Copa del Mundo anterior en 2006.
El mediocre desempeño del equipo y la incapacidad para marcar goles fueron los principales factores que contribuyeron a su derrota.
Además, el equipo enfrentó problemas internos y carecía de la química y la cohesión necesarias para el éxito. La derrota marcó un punto bajo en el fútbol italiano y condujo a cambios significativos dentro de la configuración del equipo nacional.
Copa del Mundo de 2018
Alemania, conocida por su dominio en el fútbol internacional, sufrió una derrota inesperada en la fase de grupos de la Copa del Mundo de 2018. Los campeones eran considerados los favoritos para ganar el torneo, pero tanto jugadores como aficionados tuvieron que digerir una impactante derrota de 2-0 contra Corea del Sur.
La derrota conmocionó al mundo del fútbol, ya que Alemania tenía una sólida reputación y había alcanzado al menos las semifinales en las cuatro Copas del Mundo anteriores. La falta de creatividad del equipo y su incapacidad para convertir ocasiones fueron factores importantes en su caída. Además, la complacencia y la subestimación de sus oponentes jugaron un papel en su derrota.
La derrota marcó la primera vez que Alemania no logra avanzar más allá de la fase de grupos en la Copa del Mundo desde 1938 y dio paso a cambios significativos dentro del sistema de fútbol alemán.