Nueva York, 30 ago (dpa) – El posible choque que estaba apuntado con marcador indeleble desde el viernes pasado cuando se hizo el sorteo en el Brookfield Place ya es una realidad: las hermanas Venus y Serena Williams se cruzarán mañana por un lugar en los octavos de final del Abierto de tenis de Estados Unidos.
Serena, décimo séptima favorita, logró el boleto para el esperado derby con una sencilla victoria de 6-2 y 6-2 sobre la alemana Carina Witthoeft. Su hermana Venus, preclasificada un puesto antes, ya había garantizado su lugar unas horas antes con un poco más de esfuerzo: 6-4 y 7-5 sobre la italiana Camila Giorgi.
«Es temprano en el torneo, así que los dos vamos a estar ansiosas por seguir jugando mejor. Definitivamente es un desafío difícil», comentó Venus, incluso antes de saber que su hermana iba a ser su rival.
La campeona de 23 Grand Slam coincidió con el enfoque horas después, ya con el partido de mañana garantizado. «No diría que es emocionante, pero definitivamente va a ser un partido realmente difícil para mí. Y una vez más, muy temprano en el torneo, con lo que eso significa», destacó Serena sobre el enfrentamiento ante su hermana, con una particular reflexión.
«Desafortunadamente y afortunadamente a la vez, tenemos que jugar una contra la otra. Porque nos hacemos mejor una a la otra, ya que sacamos lo mejor cuando jugamos entre nosotras. Y creo que ya estamos acostumbradas», indicó la menor de las hermanas.
Razón no le falta. El encuentro de mañana será el trigésimo en el circuito, con un historial en favor de Serena por 17-12, aunque Venus celebró la última vez en marzo en la tercera ronda de Indian Wells. Pero claro, la más joven recién estaba reapareciendo tras el nacimiento de su hija Olympia en septiembre.
Casualmente, el clásico 30 será el día previo al primer cumpleaños de la pequeña, que el año pasado nació en plena disputa del torneo que su madre ganó en seis ocasiones y que su tía consiguió en dos oportunidades.
El último choque que se dio en un Grand Slam fue en la final del Abierto australiano, con victoria para Serena, que semanas después confirmó que estaba embarazada. «La última vez que jugamos en Australia fue un duelo de dos contra uno, así que esta vez al menos será más justo», bromeó Venus.
La conexión entre las hermanas es tan poderosa que la propia Serena asegura que esa cuestión es la más complicada de sobrellevar dentro de la pista. «Nunca me desarraigo de ella, pase lo que pase. Cuando siempre quieres que alguien gane, es un problema vencerla. Y sé que lo mismo es para ella. Cuando ella me supera, ella sufre conmigo también».
La otra gran dificultad es el absoluto conocimiento mutuo que tienen sobre las virtudes y defectos de cada una. «Obviamente crecimos juntas y es realmente interesante interpretar a alguien que conoces tanto. Tienes que convertirte casi en un jugador diferente, lo cual es otro desafío también», explicó la última finalista de Wimbledon.
Da la sensación de que para Venus es más difícil aún. «¿Alguna pregunta de cualquier otro tema?», respondió cuando la interrogaron sobre como afrontaba psicológicamente el duelo. Es que es un partido especial, y las dos hermanas lo saben mejor que nadie.
Por Ariel Greco (dpa)