Con la llegada del frío, elegir bien los accesorios para practicar deportes de invierno mejora la comodidad, la seguridad y el disfrute de cada actividad.

El invierno invita a moverse de otra forma. La montaña se viste de blanco, las temperaturas bajan y los deportes de nieve o aire libre ganan protagonismo. En Asturias y en todo el norte, muchas familias y aficionados esperan esta época para disfrutar del esquí, las rutas invernales o simplemente caminar por entornos nevados. Pero antes de lanzarse a la aventura, conviene recordar algo esencial: la preparación empieza con un buen equipamiento.
No se trata de moda ni de gasto, sino de seguridad y bienestar. En los deportes de invierno, los accesorios adecuados marcan la diferencia entre una jornada cómoda y una experiencia incómoda o incluso peligrosa. El primer paso es proteger el cuerpo del frío y la humedad. Las prendas térmicas transpirables son la base, porque permiten mantener la temperatura sin acumular sudor. A partir de ahí, el principio de las “tres capas” funciona siempre: una interior para el calor, otra intermedia aislante y una exterior que proteja del viento y la nieve.
El calzado merece atención especial. Unas buenas botas con suela antideslizante ayudan a evitar caídas y proporcionan agarre en terrenos helados. En la misma línea, los guantes, gorros y bragas térmicas no son simples complementos: son piezas clave para mantener la temperatura corporal y prevenir lesiones por frío.
También es importante proteger los ojos y la piel. Las gafas adecuadas evitan el deslumbramiento causado por la nieve y el sol de invierno, que a menudo refleja con fuerza. Y aunque parezca contradictorio, el protector solar sigue siendo necesario: la radiación se intensifica con la altitud y el reflejo blanco del entorno.
Otro accesorio útil es la mochila técnica ligera, que permite llevar agua, algún alimento energético y una muda seca. La hidratación, incluso con frío, es fundamental. Los deportes de invierno exigen energía, y la sensación de sed disminuye con la temperatura, lo que hace fácil olvidarse de beber.
En el Principado, los entornos naturales y las estaciones de montaña ofrecen escenarios ideales para disfrutar del deporte en invierno, pero siempre con responsabilidad. Revisar las condiciones meteorológicas, respetar las normas de seguridad y no sobrevalorar la experiencia son medidas básicas para que la jornada termine tan bien como empieza.
El invierno no es sinónimo de pausa, sino de descubrir nuevas formas de mantenerse activo. Con el equipamiento adecuado y una planificación sensata, cada salida puede convertirse en una experiencia inolvidable. La clave está en entender que los accesorios no son un lujo, sino una parte del propio entrenamiento: cuidarse para poder disfrutar más y mejor.