(dpa) – Entrenadores, empresarios y cazatalentos corren el riesgo de ser sustituidos por nuevas herramientas. Ahora, los nombres para la selección perfecta, las sustituciones más prometedoras y los mejores fichajes son escupidos por un superordenador. La inteligencia artificial (IA) lo hace posible. ¿Así será el fútbol profesional del futuro?
«Estoy seguro de que no y, como aficionado al fútbol, también lo espero», afirma Tim Schröder. El desarrollador de productos y principal responsable de la plataforma en línea Plaier, que pretende revolucionar la búsqueda de jugadores mediante la IA, también subraya: «El futuro no se puede detener. Y el futuro del deporte también estará cada vez más determinado por la IA».
«Esto también llegará a Europa, y los primeros usuarios se beneficiarán de las ventajas», declaró Schröder a dpa, acotando que no hay por qué preocuparse de que la alta tecnología pueda influir negativamente en el núcleo de la competición deportiva y hacer superfluas a las personas que ocupan puestos de responsabilidad. «Siempre se necesita a otras personas como compañeros de referencia», señala Schröder, «la tecnología es solo una ayuda». Y utilizada como tal, la IA podría «mejorar cualitativamente el deporte».
El Instituto de Ciencias Aplicadas al Entrenamiento (IAT) de la ciudad alemana de Leipzig, donde la IA se utiliza ahora principalmente en biomecánica, tiene una opinión similar. «La IA no es un riesgo en nuestro campo, sino una oportunidad para generar más datos en menos tiempo», explica Björn Mäurer, miembro del personal científico de Informática Deportiva del IAT.
En el IAT se filman los movimientos del atleta en el puente para saltos de esquí o en la pista de lanzamiento de disco, se evalúan las grabaciones con software y se acompaña al atleta con sistemas de grabación asistidos por IA. En el contexto internacional, el IAT está «bien posicionado» en este aspecto, señaló Mäurer, «pero China está probablemente más adelantada».
Sin embargo, esto es solo una suposición, ya que en el ámbito deportivo a nadie le gusta compartir su nivel de conocimientos. Por eso no es fácil responder a la pregunta de qué puede hacer ya la IA en el deporte. «La inteligencia artificial puede ayudar a estructurar los datos, mostrar anomalías y reducir la cantidad de datos para posibilitar una mejor evaluación a los humanos», responde el científico deportivo Carlo Dindorf, de una universidad técnica alemana.
En una forma más reducida, estas evaluaciones ya forman parte desde hace tiempo de la vida deportiva cotidiana, por ejemplo, a través de «rastreadores de fitness» que proporcionan información sobre las reacciones al estrés y la fatiga. En el equipo ciclista profesional alemán Bora-Hansgrohe, seis personas trabajan ya en el procesamiento diario de las ingentes cantidades de datos sobre vataje, pulso y mucho más. En la Fórmula 1, el análisis de datos lleva muchos años influyendo en la estrategia de carrera, y aquí también se está intensificando el uso de la IA a través de empresas de software.
En el fútbol profesional, la empresa Plaier quiere llevar la búsqueda de jugadores a un nuevo nivel mediante una IA especialmente desarrollada utilizando el análisis en tiempo real del sistema de juego y de la plantilla. Los resultados se vinculan a los datos de más de 100.000 jugadores registrados en el sistema y evaluados según sus capacidades en relación con el club que los busca.
Con este enfoque sistemático, la IA aprende de los datos históricos y las previsiones. Jan Wendt, cofundador de Plaier, promete a los clientes una probabilidad del 90 por ciento de acertar en un fichaje: «No suministramos probabilidades, sino que presentamos el caso tal como es y será en los próximos seis años».
La Asociación Alemana de Esquí (DSV) aún está en las primeras fases de uso de la IA, pero las pruebas iniciales, por ejemplo en la selección de ceras, han sido «muy prometedoras», según declaró Karlheinz Waibel, entrenador nacional de Ciencia y Tecnología de la asociación, a un periódico alemán. Según Waibel, en los Juegos Olímpicos de Pekín 2022 fue así posible averiguar, más rápidamente que con las pruebas convencionales, qué características del esquí se adaptan mejor a la pista.
La conclusión de Waibel es: «El valor añadido es considerable». sin embargo, este tiene su precio. «Si queremos trabajar más intensamente con IA, también necesitamos fondos estatales, que hasta ahora no han sido concedidos», afirma el entrenador, y añade que ahorrar dinero en entrenadores no es la solución: «El entrenador sigue siendo muy importante. Al fin y al cabo, los datos no lo explican todo. Los conocimientos, la experiencia y, por último, las habilidades interpersonales son tan importantes como la inteligencia artificial para que el atleta progrese».
Mäurer también advierte de un «mayor riesgo» si las decisiones se dejan en manos de la IA. Si, por ejemplo, la evaluación técnica en deportes como la gimnasia con aparatos se dejara completamente en manos del ordenador, «definitivamente se podría manipular a través del software, no en un sentido deportivo, sino tecnológico».
En el deporte, los conjuntos de datos siguen siendo relativamente pequeños, pero eso cambiará a medida que se generalice el uso de la IA. Esta está ávida de datos, y cuantos más reciba, mejor será el resultado. El entrenador de la selección austriaca de fútbol, Ralf Rangnick, que siempre ha pensado con originalidad, cree por tanto en «posibilidades inimaginables» en lo que se refiere a su uso en el deporte: «Cuanto más se desarrolle la IA, más volumen de datos, más información habrá y mejor se la podrá aprovechar».
Jörg Soldwisch, Felix Schröder y Gerald Fritsche (dpa)