(dpa) – El humo que truena, así llaman los locales a las cataratas Victoria en Zimbabue. La potencia de la naturaleza se puede observar en todo su esplendor mientras se toma el té, para luego salir de safari por la zona.
El estruendo se escucha ya a varios kilómetros de distancia. En la temporada de lluvias, las aguas del río Zambeze crecen inmensamente y en la frontera entre Zimbabue y Zambia precipitan con fuerza concentrada sobre los acantilados de casi dos kilómetros de ancho.
Las cataratas Victoria son consideradas las cascadas continuas más anchas del mundo. Después de su descubrimiento oficial en 1855, el inglés David Livingstone las bautizó en honor a la entonces reina británica Victoria.
Los lugareños le pusieron un nombre más adecuado para esta demostración de la fuerza de la naturaleza, Mosi-oa-Tunya, que significa «el humo que truena».
Panorama ferroviario a la hora del té
El sol de la tarde y el rocío evocan un arcoíris doble en el agua que cae en un día de verano. En algunas plataformas de observación, las gotas de agua caen desde el aire como una fuerte lluvia. El camino a lo largo de las cataratas conduce a través de una pequeña selva verde creada por el rocío.
Las nubes de agua suben como un vapor blanco y, según la época del año y la dirección del viento llegan en parte hasta el puente ferroviario que desde hace más de cien años cruza el Zambeze.
El famoso puente se puede admirar perfectamente durante el tradicional té que se sirve en las primeras horas de la tarde en la terraza del Hotel Victoria Falls.
La hora del té se sigue celebrando hoy en día en el hotel, que se inauguró en 1904 en la entonces proyectada línea de ferrocarril para unir Ciudad del Cabo con el El Cairo.
Servido con estilo en teteras de plata, un público internacional disfruta de las propuestas del té. Así es como probablemente se sirvieron en 1947 a las entonces princesas inglesas Isabel y Margarita bollos, nata, mermelada de fresa y canapés de salmón durante su visita a las cataratas Victoria.
Hipopótamos, elefantes y cocodrilos
El Zambeze no solo es un río limítrofe entre Zimbabue y la vecina Zambia. El río más largo del sur de África es también el hábitat de numerosos animales salvajes y un paraíso para los amantes de los pájaros.
Un viaje a las cataratas Victoria se puede combinar sin problemas con un safari de dos días.
Los que prefieran la aventura pueden conducir desde las cataratas Victoria con un vehículo preparado de forma adecuada unos 40 minutos hacia el Parque Nacional Zambeze.
Como en todos los parques nacionales, se necesita un buen sentido de la orientación, así como habilidades de conducción para encontrar el camino de forma independiente en las carreteras de grava y arena relativamente poco señalizadas.
La recompensa son encuentros sorprendentes. A los pocos minutos de entrar en el parque, más de 20 elefantes retozan en un abrevadero. De camino al campamento Mpala Jena, unos delicados impalas zigzaguean delante del coche.
«Recogemos a la mayoría de nuestros huéspedes de las cataratas Victoria en un recorrido en bote», relata el guardaparques Blessing Mpofu. Esa es la conexión más rápida al campamento levantado a orillas del Zambeze.
Durante la estadía, se puede ver una horda de monos dando vueltas entre los árboles. En tanto, cocodrilos descansan en pequeñas islas en un recorrido al atardecer por el Zambeze. Mientras manadas de búfalos y elefantes vienen al agua a beber, los hipopótamos caminan lentamente a tierra para pastar por la noche.
El campamento Mpala Jena, con cinco tiendas con una capacidad máxima de 14 huéspedes, permite sentirse como Robinson Crusoe en el Parque Nacional Zambeze.
La arena de la costa está esparcida por toda la zona común, los columpios cuelgan alrededor del bar y los que quieren pueden relajarse en las hamacas después del safari o desayunar descalzos con los pies en la arena.
«Nuestra reunión nocturna en torno al fuego crepitante es nuestra televisión», dice Blessing riendo. Señala el escaparate de esta noche, el cielo oscuro de la noche, donde un increíble número de otras estrellas titilan junto a la llamativa Cruz del Sur.
Información para viajar a las cataratas Victoria y el Parque Nacional Zambeze
Las cataratas Victoria tienen un aeropuerto internacional, al que vuelan KLM, Kenya Airways, Ethiopian Airlines y South African Airways, entre otras, desde Nairobi, Addis Abeba o Johannesburgo, mientras que Eurowings Discover vuela desde Fráncfort con escala en Windhuk.
Para ingresar a Zimbabue se requiere un pasaporte válido, que debe tener una validez mínima de seis meses en la fecha prevista de salida. El visado de turista para Zimbabue está disponible en el aeropuerto a la entrada. Tiene una validez de 30 días y cuesta 30 dólares (unos 30,80 euros).
Las personas que no cuenten con un esquema de vacunación contra el coronavirus completo (dos o más dosis), deberá presentar un test PCR negativo realizado como máximo 48 horas antes de la partida.
Se recomienda además un asesoramiento para prevenir una infección de malaria.
Para mayor información, ingresar a https://zimbabwetourism.net/.
Por Simone Spohr (dpa)