Yated (Israel) (dpa) – Una bomba modificó repentinamente la vida del israelí Yaron Bob, que cayó hace 12 años a unos diez metros de distancia de este herrero y profesor de historia del arte. Nunca antes había experimentado tanto miedo como el que sintió en ese momento. Y este mismo temor lo inspiró entonces para iniciar su proyecto artístico «De cohetes a rosas».
«Estaba sentado en casa y comencé a temblar», recuerda Bob en diálogo con dpa en su taller de Yated, a menos de diez kilómetros de distancia de la Franja de Gaza. «Todo mi cuerpo temblaba, sentía correr la sangre por mis venas y me sorprendió».
En las dos últimas décadas, palestinos lanzaron varios miles de cohetes desde la Franja de Gaza hacia Israel. En represalia, los israelíes disparan con aviones de guerra en el marco de este conflicto.
En aquel momento, Bob intentó tranquilizarse y se dirigió a su taller, donde hacía arte a partir de tenedores y otros objetos. Allí se encontraba ya otro cohete, porque un guardia de seguridad se lo había llevado previamente pensando que el herrero podría hacer algo con él.
«Era como si (el cohete) se burlara de mí. Me enfadé y quise arrebatarle su poder y no tener más miedo», relata Bob. «Comencé a cortar el cohete y a convertirlo de símbolo de muerte y destrucción en algo que representara calor, seguridad y protección», añade.
Delante de sus ojos apareció la imagen de un rosal del jardín de su madre. Lo percibió como símbolo del abrazo materno y se decidió por esculpir rosas. Varias flores metálicas decoran ahora su mesa.
Entretanto, este israelí ya creó más de mil obras de arte a partir de cohetes. Entre las piezas que labró hay rosas, menorás -candelabros judíos de siete brazos-, biblias, estrellas de David y símbolos de la paz como palomas sobre ramas de olivo.
Algunos de los destinatarios de su particular arte fueron el ex secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon así como los estadounideses Nikki Haley, ex diplomática, y John Kerry, ex secretario de Estado.
Los famosos posan con sus piezas en imágenes todas en el taller del herrero. El arte de Bob llegó también hasta una iglesia en la Isla de Man, en el Reino Unido.
Entretanto, policías y soldados le llevan cohetes, material que para Bob representa una especie de terapia. «Después de esculpir las rosas, sentí serenidad; todas las emociones negativas se desvanecieron», afirma.
Bob dona parte de los ingresos procedentes de su arte a organizaciones benéficas, entre ellas a una institución que ayuda a los israelíes a tratar el síndrome de estrés postraumático. El herrero también ofrece talleres a los afectados.
El hombre se mudó hace unos 20 años al moshav (comunidad rural cooperativa) de Yated, en el sur de Israel. «Por entonces todavía no había cohetes allí», cuenta. Le gustaban los campos y las praderas y le entusiasmaba que sus hijos crecieran en ese entorno.
Los primeros cohetes comenzaron a caer a comienzos de la década de 2000. Israel ocupa la Franja de Gaza desde la Guerra de los Seis Días en 1967. A partir de entonces, palestinos e israelíes se atacan con regularidad.
Normalmente Bob solo trabaja con bombas que no hayan lesionado ni matado a nadie, pero en mayo pasado decidió hacer una excepción. Un comandante quiso que hiciera obras de arte a partir de explosivos que habían herido a dos soldados.
Bob mira con esperanza hacia el futuro. Actualmente trabaja en un proyecto con músicos: se propone hacer esculturas de instrumentos musicales montadas sobre cohetes, un proyecto que denomina el «Sonido de la Paz».
Por Tamara Zieve (dpa)