Muchos perros tardan cerca de un año en ser adoptados en España, y además el tiempo de estancia media de los perros adultos y mayores en una entidad protectora se acerca a un año (11,7 meses) antes de ser adoptados, mientras que los cachorros permanecen menos de un trimestre (2,8 meses) hasta que se incorporan a una familia.
Así se refleja en el último estudio ‘Él nunca lo haría’ sobre abandono pérdida y adopción de animales de compañía en España, elaborado por la Fundación Affinity y dado a conocer con motivo del Día Mundial del Perro sin Hogar.
De los 170.105 perros recogidos por las asociaciones protectoras en España en 2022, un 28% eran cachorros, el 57% tenían entre uno y siete años, y un 15% contaban con una edad avanzada, lo que se traduce en 25.515 canes senior recogidos.
Según la Fundación Affinity, una de las principales causas que limitan la adopción de los perros mayores es “la creencia de ciertos mitos que no son ciertos”.
Uno de ellos es que es difícil o incluso imposible establecer un vínculo con los animales de mayor edad. La Fundación Affinity apunta que la conexión que la mayoría de la población establece con los animales de compañía traspasa fronteras de género, edad e incluso de cultura, es decir, la intensidad del vínculo puede ser la misma con un perro de siete semanas que con uno de siete años.
“Lo importante es crear una buena comunicación basada en entender las necesidades reales del perro o gato. Esto es clave para que esta relación sea satisfactoria y duradera”, indica Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity.
El segundo “falso mito” es que no se puede educar de la misma manera a un cachorro que a un perro de edad avanzada porque este proceso se desarrolla solo en los primeros años de vida.
“La educación de los perros es la misma independientemente de la edad, ya que se forma a partir de la combinación de sus instintos innatos y las influencias del entorno que los rodea. Esto incluye lo que aprenden de su madre desde temprana edad y cómo son educados por sus dueños”, subraya la organización.
Y el tercero se refiere a que un perro adulto o senior no interactúa igual con sus adoptantes. “Cuando los animales ya tienen una edad, moderan sus comportamientos, es decir, son más relajados y menos reactivos. Pero esto no quiere decir que sean muy pasivos o que no jueguen. De hecho, pueden ser perros ideales, por ejemplo, para una persona mayor, que es posible que busque un animal más tranquilo”, añade.
CAMPAÑAS
La Fundación Affinity aboga por desarrollar campañas de información destinadas a que los posibles adoptantes conozcan las ventajas de la adopción de perros adultos, pues “tienen ya el carácter formado, no crecen más, ya han superado la etapa de destrozos y suelen adaptarse rápido a su nuevo hogar”.
“Lo más importante es que haya un periodo de adaptación y dedicar tiempo para que el animal y la familia puedan acostumbrarse a la nueva situación. Es un proceso que requiere constancia y la implicación de todos los miembros de la familia con la que va a convivir el animal”, concluye Buil.