(dpa) – Durante mucho tiempo, la localidad austriaca de Damüls fue conocida por sus enormes masas de nieve. Ahora, este pueblo de montaña demuestra el efecto de un marketing inteligente a través de las redes sociales con sus columpios de madera gigantes.
Las nubes sobre el cerro Glatthorn ya brillan de color rosa cuando Sarah Bodon sube con gran esfuerzo por el sendero de altura hasta la capilla Stofel.
Tras un breve descanso, la mujer de 32 años se pone de nuevo en marcha con su amiga porque quiere tomarse esa foto tal como la vio en Instagram, columpiándose sobre la nieve frente a los picos más altos de la región de Bregenz.
El columpio de madera de roble maciza mide cuatro metros de altura, y se alza como un gigantesco marco de fotos justo debajo de la diminuta capilla.
«Al mediodía tuvimos que hacer fila aquí», dice Bodon, al señalar que había muchos esquiadores y turistas esperando, todos adultos. Algunos amigos de Stuttgart ya reaccionaron a sus fotos recién enviadas: «¡Genial, yo también quiero ir!».
Mathias Klocker escucha todo esto con una sonrisa satisfecha. El gerente de la Oficina de Turismo de Damüls Faschina asumió el cargo en agosto de 2021, con apenas 25 años. Hasta hoy, la gente del pueblo lo llama «el joven».
Klocker está acostumbrado, porque a los 18 años se convirtió en presentador de noticias en la radio Antenne Vorarlberg. «Tampoco nadie pensaba que yo podía ser capaz de hacerlo», recuerda.
Los columpios de montaña son el primer golpe de Klocker. «Simbolizan al cien por ciento lo que yo quiero representar», dice, «la sencillez, la simplicidad en la naturaleza».
Porque eso, sostiene, es lo que buscan los visitantes que llegan desde las grandes ciudades en este pueblo de montaña de la provincia de Vorarlberg, en el oeste de Austria.
Damüls está a 1.435 metros de altura sobre el nivel del mar, aunque este es un valor relativo.
No hay un centro claramente definido en el pueblo, porque sus 330 habitantes tienen sus viviendas dispersas por las laderas de las montañas, algo típico en la región. A los pobres inmigrantes del cantón suizo de Valais se les asignó en su día un páramo remoto que nadie quería.
Los habitantes de estos pueblos son poco defensores de lo nuevo y lo inusual. Y así fue la reacción a la propuesta de «el joven»: columpiarse sobre la nieve, qué idea descabellada, y además sin ningún logo grande del lugar, como tienen los marcos para selfies en otras regiones de esquí.
«¿Por qué no poner también un parque de juegos?», preguntaron algunos.
Pero Klocker no se dejó abatir. Y luego de una larga búsqueda halló a tres carpinteros que podían hacer realidad su idea. Y como los tres artesanos provienen de la región alemana de Baviera, el columpio lleva el nombre típico en el dialecto de esa zona, «Hutschn».
Cuatro de esos «Hutschn» se instalaron en octubre de 2021. No todos son fáciles de hallar, ya que algunos están a cierta distancia de las pistas. «Mi objetivo era buscar los lugares más bonitos», explica Klocker, «no los más populares».
El joven funcionario detalla que, al columpiarse, los visitantes pueden cambiar su perspectiva, olvidarse del estrés y volver a sentir una alegría infantil. Y obviamente, hacer publicidad gratis a través de las redes sociales.
El cálculo funciona, porque entretanto ya una de cada dos fotos con la palabra clave #damuelsfaschina que se suben a las redes muestra los columpios.
Klocker no tiene que preocuparse por el blanco telón de fondo montañoso, a diferencia de los encargados de Turismo de muchas estaciones de esquí.
En 2006, el alcalde recibió un certificado que puso por escrito que Damüls es el pueblo permanentemente habitado más nevado del mundo. Durante cinco años se midió un promedio de 9,30 metros de nieve fresca cada temporada.
El pueblo de Damüls debe su abundancia de nieve a que las nubes empapadas de humedad procedentes del oeste golpean aquí y descargan su nieve. Un fenómeno similar al que vive la cercana localidad de Warth-Schröcken, que también reclama el título de pueblo más nevado del mundo y muestra sus propias estadísticas récord.
«Los valores fluctúan cada invierno, pero seguimos moviéndonos en el mismo rango», dice Klocker. No obstante, ya en 1990 se instalaron los primeros cañones de nieve, y ahora 160 de ellos arrojan blanca nieve artificial sobre las pistas.
Los huéspedes se han vuelto más exigentes. Algunos incluso escriben correos electrónicos de reproche cuando los surcos de las máquinas pisanieve se cubren de nieve durante la noche.
A muchos otros eso no les importa, a ellos los corazones les empiezan a latir más rápido cuando ven las pistas con nieve sin huellas. La perspectiva de hallar nieve profunda atrae cada vez a más freeriders a Damüls.
«Cuando ha nevado, hacen fila en las estaciones del valle por la mañana y esperan a que empiece», asegura Christian Klocker, instructor de esquí de la zona.
Este hombre de 42 años comenzó a practicar el esquí fuera de pista ya desde la escuela primaria. Y desde hace un cuarto de siglo se dedica a enseñar a esquiar. Pero lo que más le gusta es mostrar a sus huéspedes las mejores laderas para esquí fuera de pista.
Para empezar, primero toma una de las muchas rutas de esquí, que permiten esquiar con relativa seguridad en nieve profunda junto a la pista. Las rutas de esquí no están preparadas, pero sí aseguradas.
«Conocemos todos los lugares que pueden ser peligrosos», dice Klocker. Las rutas solo son a prueba de avalanchas en las inmediaciones de las señales con forma de diamante. La ruta de esquí 5, por un valle alto a lo largo de las paredes rocosas del cerro Ragazer Schrofen, es especialmente bonita.
Muchos días, sin embargo, solo quedan visibles las siluetas de las paredes porque reina el clima típico de Damüls. Los crepitantes copos de nieve golpean el plástico protector de la telesilla, mientras afuera silba el viento. Todo lo que se ve alrededor es blanco, sin contornos.
No obstante, Klocker halla sin dificultad alguna un descenso maravilloso tras otro y, por supuesto, nieve polvo fresca e intacta. Probablemente aún podría sacar de la manga docenas de pistas sin pisar.
Información sobre Damüls
Se puede llegar a este pueblo de montaña con el tren hasta Dornbirn o Bludenz, y desde allí tomar el ómnibus hasta Damüls.
Deportes de invierno: el centro de esquí ofrece 109 kilómetros de pista y se estima que estará abierto hasta el 16 de abril de 2023. El pase diario cuesta 61 euros (65 dólares) para los adultos y 35 euros (37 dólares) para los niños. También hay pistas de trineo, de esquí de fondo y de senderismo invernal.
Para mayor información, se recomienda comunicarse con la Oficina de Turismo de Damüls Faschina, Kirchdorf 138, 6884 Damüls (Tel.: 0043 5510 620; correo electrónico: info@damuels.at) o ingresar a la página www.damuels.at.
Por Florian Sanktjohanser (dpa)