(dpa) – El coronavirus ha paralizado el sector de viajes y turismo, incluso en los océanos, considerados por muchos como el último espacio de libertad. Los austriacos Doris Renoldner y Wolfgang Slanec, de 52 y 64 años respectivamente, se encuentran actualmente anclados en la Polinesia Francesa.
Se llaman a sí mismos «nómadas del mar». En 1989 emprendieron su primera circunnavegación del mundo, seguida de otros siete años en el océano a partir de 2002. En el blog www.seenomaden.at. escriben sobre sus experiencias.
La cuarentena de barcos en los mares del sur ha impuesto una pausa a esa «sensación de libertad» tan preciada por aquellos que surcan sus aguas. En entrevista con dpa, los dos aventureros hablan de este momento tan especial y de lo que significa ser un viajero permanente en un pequeño velero.
dpa: Queridos nómadas del mar, en febrero zarparon de San Diego, California, rumbo a las Islas Marquesas. ¿Dónde y cómo están en este momento?
Nómadas del mar: Estamos anclados en el puerto de Atuona, en la isla de Hiva Oa, donde Paul Gaugin y Jacques Brel pasaron los últimos años de su vida. La travesía a las quizás más hermosas islas de los mares del sur nos llevó 20 días. En las últimas semanas, el coronavirus ha cambiado dramáticamente el mundo y también nuestras vidas. Desde el 21 de marzo estamos en cuarentena, es decir que no se nos permite dejar nuestro hogar flotante.
dpa: ¿Cómo viven el aislamiento en el barco?
Nómadas del mar: Estamos confinados en siete metros cuadrados de espacio y no se nos permite bajar a tierra. En el camarote hace un calor sofocante, de 35 grados durante el día. Todos los estados insulares y puertos a nuestro alrededor han cerrado sus instalaciones, nadie quiere admitirnos como huéspedes. Tampoco hay vuelos de regreso a Europa. Por primera vez nos sentimos a años luz de la gran libertad. Aunque todo el mundo nos envidia por nuestro «exilio», preferiríamos estar en Austria. En nuestro pequeño apartamento con jardín en las montañas podríamos movernos más libremente.
dpa: ¿Qué ambiente se respira en las islas en este momento?
Nómadas del mar: Las Marquesas son islas volcánicas altas, prístinas. El archipiélago pertenece a la Polinesia Francesa, seis de sus islas están habitadas. El paisaje es exuberante, con mangos, papayas, plátanos, pomelos, naranjas, limones, aguacates. Los lugareños han sido muy amables con nosotros. Aunque están preocupados, saben que no representamos un peligro. Todos los que llegan aquí han estado en el mar al menos 20 días, y por lo tanto en cuarentena.
dpa: Cabría pensar que aquellos que saben navegar tienen una clara ventaja con respecto a otros viajeros. ¿Es el mar el último lugar donde aún se puede gozar de libertad y seguridad?
Nómadas del mar: En el mar se está a resguardo de los virus, pero por el momento apenas está permitido atracar en los puertos del Océano Pacífico. En general, las regulaciones cambian diariamente. En la Polinesia Francesa está actualmente prohibido navegar. Los polinesios tienen mucho miedo de una posible catástrofe. Mientras no nos contagiemos del virus, todo está bien. Pero si necesitamos ayuda médica, estaríamos mejor en casa. Aquí no hay hospitales.
dpa: ¿Cuánto tiempo podrían sobrevivir en su velero «Nomad» sin tener que amarrar en un puerto?
Nómadas del mar: Actualmente tenemos comida a bordo para unos cuatro meses, pero el agua es el problema. Tenemos un tanque de agua de 250 litros y varios bidones, en total serán unos 350 litros. Pero también podemos recoger el agua de lluvia.
dpa: ¿Cómo financian sus viajes?
Nómadas del mar: Financiamos nuestro primer viaje realizando diversos trabajos durante el periplo: por ejemplo, trabajando en otros barcos o durante la vendimia en Francia. En los años 80 y 90, eso era muy común. En la actualidad es más complicado, y además ya no somos tan jóvenes. De vez en cuando llevamos pasajeros. En Austria damos conferencias y hasta ahora hemos escrito tres libros. Vivimos muy frugalmente.
dpa: ¿Hay algún mensaje que les gustaría compartir a distancia en la situación actual?
Nómadas del mar: Tener paciencia, una actitud positiva y mantener un buen estado de ánimo. Todos esperamos que esta situación excepcional se distienda pronto y podamos volver a la normalidad, aunque tras el coronavirus viviremos probablemente en un mundo diferente.
Entrevista: Dörte Nohrden (dpa)