Kiev, 26 may (dpa) – Cristiano Ronaldo reclamó hoy su cuota de protagonismo en la conquista de la decimotercera Liga de Campeones por parte del Real Madrid al aislarse de cualquier celebración y soltar su «bomba» al hablar en pasado de su carrera como blanco: «Fue bonito jugar aquí».
El portugués cerró su participación en la Liga de Campeones sin marcar en las semifinales ante el Bayern Múnich y en la final ante el Liverpool, donde todos los focos fueron para Gareth Bale, autor de un gol increíble que inmediatamente dio la vuelta al mundo. Cristiano Ronaldo -que había anotado 15 tantos hasta semifinales- fue intrascendente sobre el césped de Kiev, pero no fuera de él.
Cuando todo su equipo festejaba el hito de su tercera Liga de Campeones consecutiva tras ganar 3-1 al Liverpool, el portugués deslizó su adiós al Real Madrid. Fuera de foco.
«Fue muy bonito estar en el Madrid. En los próximos días daré una respuesta a los aficionados, que ellos sí siempre han estado a mi lado», dijo a los micrófonos de BeIn Sports el portugués, el mejor futbolista del Real Madrid en décadas.
«El futuro de cualquier jugador no es importante, lo importante es que hicimos historia», añadió el astro luso, después de que el sorprendido periodista le pidiese una aclaración sobre su continuidad en el equipo blanco.
Pero Cristiano Ronaldo, de 33 años, no podía impedir que tales declaraciones no provocaran un tremendo alboroto en los vestuarios del Estadio Olímpico de Kiev. «¿Por qué ahora?», era la pregunta que corría en la boca de todos los periodistas.
Hace tiempo que se habla del deseo de Cristiano Ronaldo por mejorar un contrato que ya amplió hace dos años y que expira en 2021. Todo coincide con un momento en el que el fisco español le reclama 15 millones de euros (17,4 millones de dólares). El club de momento no le hizo ninguna oferta.
Nada hacía indicar esa «bomba» de Cristiano Ronaldo. Tampoco ese «ellos sí han estado siempre a mi lado» en relación a los aficionados, una frase que escondía otra cosa: ¿Quién no está a su lado?
Por lo pronto, y casi por alusiones, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, advirtió al conocer las declaraciones del astro: «Todo el mundo tiene derecho a hablar, lo importante es el club y en un día como hoy lo importante es que todos estemos celebrando la Champions».
Y agregó: «Siempre se habla de él y luego no pasa nada. Estoy encantado de que Cristiano tenga cinco Copas de Europa. Como yo. Pregúntele a él. Va a seguir siendo feliz. No es que se vaya a quedar, es que tiene contrato».
El capitán del Real Madrid, Sergio Ramos, tampoco ocultó su sorpresa por las declaraciones de su compañero y en un ejercicio de responsabilidad manifestó: «Tendrá que aclarar sus palabras».
Lo indiscutible es que Cristiano Ronaldo extendió una mancha de humo en lo que debería ser una noche de pleno entusiasmo del Real Madrid y sus hinchas. Porque es probable que en los próximos días se hable tanto del futuro Cristiano Ronaldo como de la «Decimotercera». O más.
BALE TAMBIÉN PONE EN DUDA SU FUTURO
El galés Gareth Bale se sumó hoy a su compañero Cristiano Ronaldo al dejar en el aire su continuidad en el Real Madrid. «Obviamente, necesito jugar de forma más regular. Al principio de temporada, tuve una lesión, pero duró unas cinco semanas y, desde entonces, estoy bien. Estoy decepcionado por no haber jugado más. Ahora me tengo que sentar con mi agente a ver mi futuro», afirmó Bale en declaraciones al canal británico BT Sport.
El galés respondió así a una pregunta sobre su posible regreso a la Premier League después de una temporada en la que no dispuso de muchos minutos en el once de Zinedine Zidane.
En la final ante el Liverpool disputada en Kiev, Bale tampoco salió en el once inicial de los blancos, pero arrancando desde el banco los condujo a su tercera Champions consecutiva con dos goles, uno de ellos una chilena espectacular.
«Al final, parece que nos iremos todos», bromeó Sergio Ramos, preguntado por las manifestaciones de sus compañeros. «No, hombre, nos quedaremos todos aquí», agregó el capitán blanco en un intento de calmar la tormenta provocada por dos de los miembros de la afamada BBC.
Por Alberto Bravo (dpa)