Berlín, 31 dic (dpa)- Este último año han tenido lugar en Alemania emocionantes historias de animales y curiosos acontecimientos:
El problema de la cigüeña: El problema de la cigüeña Ronny ha incordiado durante meses con sus travesuras al pueblo de Glambeck, en Brandeburgo. Este ave se encargó de atacar con su pico el techo y cristales de coches, rayar el barniz y poner de los nervios a los habitantes del pueblo. Así se dio a conocer en toda Alemania la cigüeña Ronny.
El gran huevo: En la temporada de Pascua una gallina en la ciudad de Wolfenbüttel enseñó lo que tenía escondido: Los propietarios Ingrid y Günther Meyne encontraron en su gallinero el que quizá pueda considerarse como el huevo más grande del mundo. Tenía un peso de 184 gramos, tres veces el tamaño de un huevo normal.
Un oso perezoso en la cabeza: El pasado otoño un curioso accidente tuvo lugar en el zoo de la ciudad de Dortmund. Mientras un niño de 6 años paseaba por el recinto transitable un oso perezoso le cayó en la cabeza. El final resultó para ambos sin grandes problemas. El niño consiguió un bulto en la cabeza y al oso, de entre 6 y 8 kilos, lo trasladaron al hospital, allí descubrieron que sufría de cistitis por lo que se encontraba muy débil.
Acción de arte diferente: En un museo de Núremberg una señora jubilada escribió con bolígrafo algunas letras en una obra de arte, la cual representaba un crucigrama. Esta obra era parte del collage del artista Arthur Köpcke. La mujer de 90 años se tomó al pie de la letra la invitación de «Insert words» («Introducir palabras»). El incidente llegó hasta el ministerio fiscal, el cual interpuso un procedimiento contra la mujer por daños materiales. La acción de la mujer no ha tenido ninguna consecuencia: La pintura «Reading-work-piece» pudo limpiarse con disolvente.
Gregor Tholl