(EUROPA PRESS) El químico Avelino Corma Canós, galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2014, ha señalado este martes en Oviedo la necesidad de dar estabilidad a la investigación en España. «Los científicos pedimos un Pacto de Estado que no dependa de quien esté gobernando», ha dicho en la rueda de prensa con motivo del galardón.
Así, ha reiterado la importancia de la planificación y la continuidad en la ciencia. «En España podríamos hacer un esfuerzo mayor en investigación por parte de la Administración y de las empresas. No podemos funcionar como hemos venido haciendo, a impulsos, con épocas de mayor financiación y otras de sequía tanto de medios económicos como humanos», ha explicado.
En la misma línea, los otros dos galardonados en esta categoría, los estadounidenses Mark E. Davis y Galen D. Stucky han aprovechado para elogiar el trabajo del científico español con el que comparten el premio, para añadir que España «no lo hace nada mal en algunos campos» ya que se están desarrollando «algunas cosas muy interesantes» pero desconocen todas las investigaciones que se desarrollan en el país.
Reconocido como una autoridad internacional en el campo de la catálisis heterogénea, Corma trabaja en la creación de nueva materia compuesta de nanoporos que se forman por autoensamblaje de moléculas orgánicas e inorgánicas. Para ello, utiliza las cavidades y poros de tamaño molecular para generar espacios confinados y centros activos, que cambian la estructura y reactividad de las moléculas, dando lugar a procesos catalíticos que transcurren con una mayor selectividad.
Al respecto, ha explicado que discriminar entre moléculas por su tamaño y forma puede servir de forma práctica para la separación de gases; para su utilización en catalizadores; para la dosificación controlada de productos químicos para tratar plagas o liberar fármacos; o en electrónica.
Por su parte, Davis, que comenzó a trabajar en el campo de las zeolitas en Virginia, ha remarcado la importancia de enfocar la investigación hacia la sostenibilidad, afirmando que se vive un tiempo de «oportunidad» aunque queda «mucho trabajo para progresar» tanto hacia el tratamiento de enfermedades como de creación de nuevos materiales. «En próximas décadas habrá avances interesantes», ha asegurado.
Igualmente, Stucky, que figura en la vanguardia de la demostración de cómo los materiales porosos pueden ser sintetizados y selectivamente convertidos en las morfologías deseadas para aplicaciones ópticas, de catálisis o almacenamiento de energía, ha incidido en que se pueden controlar algunos bioprocesos en las células o el desarrollo de nanomateriales, aunque el camino es «largo».
Entre otros campos «prometedores» para estos científicos se encuentran el uso de materiales porosos fotocatalizadores para captar el calor y la radiación solar y convertirla en energía química, que se puede almacenar durante mucho tiempo; o la posibilidad de relegar al petróleo como material de fabricación de las botellas de plástico, sustituyéndolo por un polímero creado a partir de una modalidad de biomasa.