Aunque es algo que está estrechamente ligado a las fiestas navideñas, el cordero es un plato que puede consumirse sin problemas independientemente de la época del año en la que estemos. Solo hay que pensar en esas barbacoas veraniegas al aire libre y en los reconfortantes guisos para los meses de frío de los que forma parte, para darse cuenta de que se trata de un alimento que siempre se puede disfrutar por muy baja o alta que sea la temperatura.
Dentro del cordero hay varios tipos que se diferencian en aspectos como el tamaño, el tipo de alimentación o la intensidad del sabor. A la hora de elegir, comprar cordero lechal está considerada como la alternativa de mayor calidad. Además, entre sus ventajas está la de que tiene poquísima grasa.
¿Cómo es el cordero lechal?
- Cría de entre 4 y 6 semanas de edad.
- Su peso no suele superar los 8 kilos.
- Solo se ha alimentado con leche materna.
- Apenas tiene grasa.
- La carne es rosada y clara, con fibras suaves. Muy delicada al paladar y tierna.
- Textura cremosa. Prácticamente se deshace en la boca
Cómo preparar el mejor cordero lechal asado
Una de las mejores formas de potenciar todo el magnífico sabor del cordero lechal es hacerlo asado, pero el resultado es todavía mejor si se tienen en cuenta ciertas cosas.
Lávalo
La piel del cordero asado puede comerse sin ningún problema, pero lo mejor es que se oxigene y lave antes, pues no hay que olvidar que es lo primero que va a entrar en contacto con tu boca.
Lávalo con agua tibia, pues es la ideal para quitar las asperezas de la piel. Sumerge el cordero durante unos minutos y después sécalo antes de meterlo al horno.
A la hora de hornearlo: humedecido, pero no mojado
Para hornearlo lo ideal es hacerlo introduciendo una bandeja (a ser posible de barro) con agua en el horno; pero, eso sí, el cordero nunca tiene que llegar a mojarse durante este proceso, solo humedecerse con el vapor, ya que si no se cocería en vez de asarse. Para mantenerlo suspendido puedes utilizar cualquier soporte apto para el horno con una bandeja debajo que recoja los jugos.
Crujiente por ambos lados
Es muy importante que el cordero quede crujiente por ambos lados. La solución para lograrlo parece evidente: darle la vuelta. Y efectivamente es así, pero, eso sí, siguiendo un orden.
Primero debes ponerlo boca arriba, con la piel hacia abajo y echarle también sal. Después se tiene que dejar durante un par de horas a 160 °C aproximadamente. Pasado ese tiempo, se saca del horno, se le da la vuelta y se le unta el jugo que se ha ido desprendiendo de él con ayuda de un pincel. Ya solo queda agregarle un poco más de sal, ponerlo durante unos 45 minutos más, y ¡listo para servir! La verdad es que se hace la boca agua solo de imaginarlo.
No hay duda de que comprar carne de cordero lechal merece la pena, pues el resultado final será buenísimo, especialmente si se hace asado. Esperamos haberte ayudado a descubrir la forma sacarle todavía más partido.