Leverkusen (Alemania), 7 feb (dpa) – Mentalidad ganadora, serenidad y orgullo caracterizan a un Bayer Leverkusen que se clasificó el martes a las semifinales de la Copa Alemana y espera al Bayern Múnich el sábado para ampliar su ventaja al frente de la Bundesliga.
La forma en que consiguió la victoria en el último minuto, en cuartos de final contra el potente Stuttgart (3-2), también habrá causado una gran impresión en el Bayern, ya eliminado de la competición copera.
«A veces la cabeza es más importante que las piernas. Y nuestra cabeza es muy fuerte en este momento», declaró el entrenador del Leverkusen, Xabi Alonso.
«Me alegro de que tengamos el corazón y el alma para seguir intentándolo hasta el último momento. Que tengamos una buena mentalidad incluso en los momentos difíciles», añadió el técnico español.
El Leverkusen no ha perdido en sus 30 partidos oficiales desde el comienzo de la temporada, con 26 victorias. Ahora parte como favorito en la Copa, después de 31 años sin ganar un trofeo y a pesar de evitar la prórroga gracias al gol in extremis de Jonathan Tah.
Además de la expectación, sorprendió especialmente la palpable serenidad con la que los jugadores del Leverkusen afrontan la parte decisiva de la temporada. «Son semanas y momentos en los que hay que comer bien, dormir bien, regenerarse, centrarse en los partidos… y luego todo saldrá bien», dijo Tah.
Sobre todo, es Alonso quien ha aportado al equipo esta mezcla de sed de victoria y calma interior.
El martes por la noche, el propio Alonso habló del Bayern como el «mejor equipo alemán, donde ganar está en su ADN», una mentalidad que el excampeón del mundo y de Europa, que jugó en el club muniqués de 2014 a 2017, ha inculcado al equipo de Leverkusen desde su llegada.
La importancia de la victoria contra el Stuttgart justo antes del partido más importante del campeonato quedó patente en el exuberante júbilo del técnico.
Alonso agitó los brazos en el aire, saltó al estilo Jürgen Klopp con las piernas separadas e incluso abrazó efusivamente a Victor Boniface, que iba en muletas, después del partido. «Tenía que desahogarme», dijo el técnico.
«Después de un partido como el de hoy, mi cabeza también está un poco vacía. Pero mañana volveremos a todo gas», explicó.