(dpa) – En 1993, el artista austríaco Friedensreich Hundertwasser fue invitado por el alcalde de Whangarei, una pequeña ciudad neozelandesa, a diseñar un centro de arte que casi tres décadas después del pedido está tomando su forma definitiva.
El último edificio auténtico de Hundertwasser, que falleció en Australia en 2000, es un edificio multifacético y multifuncional situado a unos 160 kilómetros al norte de Auckland.
La obra, que muestra el rechazo de Hundertwasser por las líneas rectas, no deja de ser controvertida. Después del encargo, los propietarios del edificio prefirieron mantener su uso como oficinas y la iniciativa languideció.
En 2004, cuatro años después de la muerte de Hundertwasser, el municipio de Whangarei compró el edificio y en 2008 sus representantes viajaron a Viena para obtener el apoyo de la Fundación Hundertwasser.
Sin embargo, tras las elecciones municipales de 2014, los nuevos representantes del consistorio de Whangarei revocaron la autorización para llevar adelante el proyecto.
Pero los residentes de Whangarei no se rindieron y forzaron un referéndum vinculante en 2015, que obtuvo como resultado una victoria aplastante para los favorables al proyecto Hundertwasser.
La pandemia de covid-19 detuvo brevemente la construcción, pero ahora vuelve a tomar forma lentamente.
Heinz Springmann, un arquitecto que participó en muchos proyectos de Hundertwasser, fue contratado para ayudar a transmitir la visión del artista al edificio.
El coste estimado del proyecto es de 30 millones de dólares neozelandeses (19 millones de dólares estadounidenses), e incluirá una exposición con obras de Hundertwasser, así como la primera galería de arte contemporáneo maorí del país, un auditorio, una tienda y un restaurante.
La Fundación Hundertwasser proporcionará piezas del artista austriaco de su museo en Viena para la exposición en Nueva Zelanda, dijo el portavoz Richard Smart.
La inclusión de la galería maorí fue parte de la visión original de Hundertwasser, «como un regalo, hecho posible solo por el amor de Hundertwasser por Nueva Zelanda y la autenticidad del proyecto», añadió.
«Un regalo para un pueblo al que tenía un profundo y perdurable respeto y con el que compartía una conexión holística con el entorno natural y su preservación», reza en los planes del proyecto.
La azotea contará con un bosque, el más grande de estas características del hemisferio sur, que incluye unas 200 plantas, entre ellas uno de los árboles más raros del mundo, el Pennantia baylisiana.
También conocido como kaikomako de los Tres Reyes Magos, hasta el año pasado solo se conocía un ejemplar de esta especie que crecía en estado silvestre.
Los impulsores del proyecto esperan que el centro se convierta en una «wakahuia», una caja de tesoros en lengua maorí, que contenga obras de arte representativas de renombrados artistas contemporáneos maoríes, y de obras de arte originales de Hundertwasser.
Hundertwasser se convirtió en ciudadano de Nueva Zelanda en 1983, y convirtió la región septentrional del país, Northland, en su hogar. En la cercana ciudad de Kawakawa se encuentran los baños públicos que llevan su nombre, el último edificio que construyó en vida.
Se prevé que el centro de arte de Whangarei, una vez terminado, abra sus puertas en diciembre de 2021.
Por Rebekah Lyell (dpa)