Berlín, 1 feb (dpa) – La indignación en Alemania por la declaración del partido populista de la derecha «Alternativa para Alemania» (AfD) justificando el uso de las armas contra los refugiados continuó hoy en el país y llevó incluso al gobierno alemán a reclamar que los servicios secretos los vigilen.
«En el pasado estuvimos bien asesorados para vigilar a este tipo de grupos», aseguró hoy el vicecanciller alemán y líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Sigmar Gabriel, durante una visita a un centro de refugiados en Hameln, en el norte del país.
«AfD se excedió el fin de semana con una propuesta en la que habría que preguntarse: ¿Va realmente en serio? Sin embargo, por desgracia, lo decía en serio», afirmó Gabriel.
La jefa de AfD, Frauke Petry, justificó, en caso necesario, el uso de las armas con el fin de proteger mejor las fronteras alemanas ante la creciente afluencia de refugiados al país, que en 2015 llegó hasta los 1,1 millones.
De cara a las elecciones regionales en tres estados federados alemanes en marzo, Gabriel recordó que si el partido accede a alguno de los parlamentos contará con dinero de los contribuyentes alemanes para contratar personal también. «Me gustaría saber a quién contratarían y qué skinheads y radicales de la derecha lograrían acceso a instituciones públicas», declaró.
El responsable de los servicios secretos en el interior, Hans-Georg Maassen, explicó a mediados de noviembre que AfD no es considerado por su organismo como extremista y que no supone peligro alguno para la democracia. Sin embargo, vigilan si, como en el movimiento islamófobo de Pegida, los extremistas de la derecha tienen alguna influencia.
«AfD mostró una vez más su verdadera cara», aseguró el parlamentario de la Unión Cristianosocial (CSU) Max Straubinger en Berlín. «Son declaraciones como éstas las que envenenan el clima social en Alemania y revelan la ideología radical de AfD», indicó.
«Se desarrollan hacia un partido que traiciona las leyes, los valores de nuestro país y de la civilización», apuntó por su parte el vicepresidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Armin Laschet, a la publicación alemana «Der Spiegel».
También la oposición mostró su indignación. «Es sumamente cuestionable si un partido que quiere disparar a los refugiados en la frontera y que pregona teorías racistas en el mundo puede ser y quiere ser parte de nuestro sistema democrático», declaró la presidenta del grupo parlamentario de Los Verdes, Katrin Göring-Eckardt.
El partido populista de derecha, fundado en 2013, ya figura como tercera fuerza del país en los sondeos gracias, sobre todo, al efecto de la crisis de refugiados.