Berlín/Karlsruhe, 15 ene (dpa) – El Tribunal Constitucional alemán se expedirá el martes sobre el pedido de prohibición del ultraderechista Partido Nacional Democrático (NPD, por sus siglas en alemán) en un fallo que pondrá fin a un largo debate en el país.
La decisión se espera con gran expectación después de que en 2003 fracasara con estrépito el primer intento de prohibir la formación de extrema derecha. Tampoco ahora es seguro que los jueces asentados en la ciudad sureña de Karlsruhe ordenen la disolución de la formación, que en los últimos años ha perdido fuerza.
El NPD fue fundado en 1964 y cuenta con 5.000 afiliados que lo convierten en el mayor partido de la extrema derecha. El servicio de inteligencia interior afirma que aspira a subvertir el orden político de Alemania y le achaca «una postura benévola hacia el nacionalsocialismo histórico».
El partido tuvo su cénit en los años 1960, en el que llegó a ocupar escaños en siete Parlamentos regionales. Después declinó su estrella durante décadas.
Sin embargo, tras la reunificación en 1990 recuperó fuerzas en el este del país, más propenso a la xenofobia, y desembarcó durante dos legislaturas tanto en el hemiciclo de Sajonia como en el de Mecklemburgo-Pomerania Occidental. En septiembre pasado perdió la última representación parlamentaria regional.
El Tribunal Constitucional es el único órgano que puede prohibir partidos en Alemania. En 2003 fracasó un intento promovido por el Gobierno y las dos cámaras del Parlamento.
Los altos magistrados criticaron el hecho de que informantes de los servicios secretos estuvieran infiltrados en la cúpula del partido y no quisieron descartar que espías pagados por el Estado hubiesen fabricado pruebas en contra del NPD.
El nuevo pedido fue elevado en 2003 solo por la Cámara Alta o de las Regiones, el Bundesrat. Para la prohibición no basta con tener una orientación extremista, sino que deben ser presentadas pruebas de que el partido constituye un peligro para el Estado y el orden democrático.
En este último punto hay disenso en Alemania. Muchos alegan que la formación se ha debilitado continuamente desde el comienzo del juicio y no representa un verdadero peligro. En la actualidad cuenta con un diputado en el Europarlamento y 360 mandatos en municipios.
«El NPD no tiene relevancia política alguna y tampoco está anclado en la sociedad», dijo a dpa el experto en extremismo Eckhard Jesse, quien cuestiona la necesidad de prohibirlo.
Por el contrario, el politólogo Steffen Kailitz, de la Universidad de Dresde, alertó en declaraciones al semanario «Der Spiegel» del peligro de juzgar al NPD por sus flojos resultados electorales. «Se equivoca el que crea que el partido está muerto».
La agrupación sigue recibiendo dinero del Estado como cualquier otro partido alemán que consigue más del 0,5 por ciento de los votos en comicios generales o más de 1,0 por ciento en los regionales. En caso de ser prohibida debería disolverse y devolver los mandatos.