Por Katja Fischer (dpa) – Las cortinas, almohadones y manteles tienen que combinar con los muebles, alfombras y los cuadros, y no siempre se acierta. Además, el tema es aún más complicado por la enorme cantidad de opciones que existen.
No hay una tendencia única en lo que respecta a la moda textil para el hogar: valen las flores románticas, los motivos con animalitos simpáticos, las rayas o los estampados ultramodernos. «Hace falta acento individual y habilidad para combinar», señala la arquitecta de interiores Ines Wrusch.
Está claro que los manteles, sábanas y cortinas tienen que ir en armonía con los muebles, paredes, techos, iluminación, los suelos, cuadros y otros objetos decorativos. «Eso no es fácil si las telas tienen grandes dibujos o colores chillones», opina Wrusch. Algo que se ve muy bien en la tienda puede quedar muy mal en casa. «En la decoración de una casa no se puede pensar en nada de forma individual».
Los fabricantes ofrecen por eso a los clientes a menudo packs con combinaciones de textiles que les facilitan el trabajo. «Hay por ejemplo sábanas con dos dibujos diferentes pero que combinan entre sí», explica Martin Auerbach, de la Asociación Alemana de Textiles para el Hogar. En el caso de los manteles se añaden servilletas que armonizan, o cojines que van con las cortinas. Para el baño no sólo se pueden comprar las toallas de diferentes tamaños, sino también las alfombrillas o las batas a juego.
Wrusch recomienda ser conservador con las habitaciones donde uno va a pasar mucho tiempo. «Sí al color, pero no demasiado intenso ni con motivos muy salvajes. Las habitaciones muy cargadas causan estrés a la larga». Lo cual no impide ser de vez en cuando un poco «loco»: «Un tono estridente en medio de la melodía de una habitación puede ser muy atractivo».
Lo retro es sinónimo actualmente de elegancia, pero también en este punto vale lo de que mucho puede ser demasiado. «Por ejemplo, a quien le encanten los años 50 o 60 no debería poner todo en ese estilo, desde las cortinas a las mantas y almohadones», opina Silke Schön, de una asociación de decoradores. Lo ideal es colocar solamente algunos elementos clave en el estilo elegido. Como hay clásicos del mueble que vuelven a usarse, como las sillas de Le Corbusier or Arne Jacobsen, se consigue el efecto deseado acompañándolos puntualmente con textiles de aquellos tiempos.
La mirada hacia atrás no acaba en los años 50, sino que se remonta hasta siglos atrás. «Se encuentran viejas pinturas en telas y tapetes, pesadas cortinas, o cojines muy recargados», señala Silke Schön. Otra cosa de moda son las escenas pastoriles habituales en las telas francesas o dibujos con innumerables detalles en los que es posible encontrar cosas nuevas cada vez que se mira. «En general la tendencia se aparta un poco de las líneas puras de los últimos años y se lleva la abundancia, la opulencia, la comodidad y tranquilidad».
Schön recomienda unos principios básicos para orientarse en la actual mezcla de estilos: «Los motivos muy grandes sólo se pueden usar si el resto de la habitación es tranquilo y de un solo color». Si se elige una tela muy llamativa para las cortinas, las sábanas o la tapicería del sofá no pueden ser también demasiado coloridas».
Para crear armonía entre las cortinas, almohadones y colchas recomienda o bien usar la misma tela en diferentes tonos o al revés, un solo color en diferentes telas. «Eso revela el buen gusto y se ve muy fino cuando de pronto hay un par de detalles desenfadados, como por ejemplo telas 3D con una óptica especial, que parece plástica».
Aunque la moda de los textiles del hogar es casi tan variable como la de la ropa, la gente no cambia las sábanas, colchas, cortinas o toallas tantas veces como de pantalón y blusa. «Los consumidores ponen mucha atención en que los textiles del hogar sean de calidad y resistentes», señala Martin Auerbach. «Quieren sentirse cómodos, que las cosas sea fabricadas de forma ética y que duren mucho a ser posible». Vale la pena preguntar de dónde viene la tela usada para los productos. A veces puede costar más cara la fabricación en ciertos países con altos estándares pero la calidad suele ser mejor.