(dpa) – Ya se recorrieron los cinco kilómetros trotando después del trabajo. Ahora le toca al lavarropas, porque después de practicar deporte la ropa huele a sudor. Pero no siempre la máquina resuelve el problema. Sobre todo los materiales con la última tecnología, que muchas veces son transpirables e hidrorrepelentes, siguen oliendo mal después del lavado. ¿A qué se debe eso?
«Un mal olor en textiles recién lavados muchas veces indica que en ellos aún hay bacterias activas», dice Bernd Glassl de la Federación Industrial de Productos de Limpieza de Alemania (IKW). «Las bacterias necesitan humedad y nutrientes, por ejemplo, escamas cutáneas, para reproducirse». Para deshacerse de ellas, hay que utilizar suficiente jabón, que es el que elimina la suciedad.
Por lo tanto, si después de lavar los shorts o las camisetas con que se practicó deportes estos siguen oliendo hay que probar aumentando la dosis de jabón. En los envases se suelen encontrar las recomendaciones de los fabricantes.
Pero, por otra parte, hay que prestar atención a no utilizar demasiado jabón. Algunos fabricantes de ropa deportiva subrayan que demasiado jabón puede limitar la funcionalidad de los textiles de última tecnología.
Por favor, enjuagar bien
La ropa deportiva, precisamente la de materiales de última tecnología, puede ser muy delicada. Por eso, es conveniente seguir las recomendaciones de cuidado que hay en las etiquetas, por ejemplo, respecto de la temperatura máxima para lavarlos. Si en la etiqueta aparece el cubo con una línea debajo significa que hay que utilizar un programa para prendas delicadas y llenar la lavadora solo por la mitad.
Para evitar la humedad que necesitan las bacterias que hayan quedado después del lavado lo mejor es secarlas de inmediato, aconseja Glassl. También puede ser una solución un prelavado o un enjuague extra, porque a veces ayuda más agua en el lavado.
No utilizar suavizantes de ninguna manera
Además Claudia Oberascher, de la comunidad profesional para un aprovechamiento eficiente de la energía HEA, recomienda para los textiles funcionales un detergente suave. En cambio, añade, los suavizantes están prohibidos porque quedan entre las fibras, lo que en el caso de estos textiles no es una ventaja. Eso puede, por ejemplo, perjudicar la permeabilidad de los materiales.
También hace referencia a esto el fabricante de ropa deportiva Decathlon. Los suavizantes pueden hacer perder sus propiedades a estas prendas funcionales. Además, la empresa recomienda no lavar las fibras sintéticas sensibles como licra, poliéster o elastano a más de 30 grados.
Los fabricantes Odolo y Vaude aconsejan además poner del revés las prendas deportivas antes de colocarlas en el lavarropas. Así los colores y los estampados duran más. Si se puede, es mejor no ponerlas en el secador y no plancharlas.
No colgar a pleno sol
Respecto del secado, Oberascher destaca: «Si seco la ropa al aire libre, tengo que prestar atención a que estas prendas estén en la sombra. Es decir, lo menos expuestas al pleno sol posible, porque eso puede afectar a la larga a las fibras de elastano».
Por cierto, a quien no quiera lavar la ropa directamente después de practicar deporte Oberascher le recomienda secarla primero. «Generalmente, después del ejercicio se pone todo junto en el bolso. Ni bien uno llega a casa, hay que abrir el bolso y extender la ropa deportiva, de manera que realmente se seque bien». De lo contrario, se refuerza el mal olor.
Zapatillas al lavarropas: ¿sí o no?
Ya sea para trotar o para patear, la indumentaria deportiva incluye zapatillas. Pero es mejor no ponerlas en el lavarropas. En general, según Glassl, los fabricantes no lo recomiendan y no asumen ninguna garantía si, por ejemplo, se despegan algunas partes.
Pero depende del material, considera Claudia Schulz de Federación de la Industria del Calzado y los Productos de Cuero. En el caso de los sneakers, lavarlos en la lavadora en general no es un problema, siempre y cuando no se laven a más de 30 grados. Eso sí. Previamente hay que quitarles los cordones y las plantillas. Algunas suciedades pueden eliminarse previamente con un cepillo.
Oberascher también considera que solo las zapatillas de tela se pueden poner en el lavarropas, pero no las zapatillas caras para correr. Además vale la pena colocar las zapatillas en una bolsa de lavado y configurar un número bajo de revoluciones para el centrifugado. También tiene sentido colocar algunas toallas para amortiguar. De lo contrario, las zapatillas pueden generar desequilibrio en el lavado lo que puede afectar gravemente al tambor.
Las zapatillas lavadas no deberían secarse cerca de una calefacción. «Se pueden deformar o el material puede volverse quebradizo», sostiene Schulz. Su consejo es colocar papel de cocina o de diario en las zapatillas y dejarlas secar a temperatura ambiente.
Por Sabrina Szameitat (dpa)