Los precios de la gasolina en muchos países suben, en otros se debate sobre un impuesto a las emisiones de dioxido de carbono (CO2) y el rescate del clima es uno de los principales temas de la actualidad.
Quien no pueda o no quiera prescindir de su propio vehículo, puede aliviar el bolsillo y proteger el medio ambiente ahorrando combustible
«Esto ya lo aprenden los conductores noveles en las clases teóricas y prácticas», comenta Rainer Zeltwanger, presidente de la asociación de empresarios de autoescuelas alemanas (BDFU). Aquellos que no aplican lo que han aprendido en el examen pueden incluso ser reprobados, acota.
Quienes sigan algunos consejos prácticos pueden economizar entre un 20 y un 30 por ciento de gasolina o diesel. Aliviar el peso del vehículo es el primer consejo de Zeltwanger: «Las leyes físicas contemplan que cuanto más masa acelero, más combustible necesito», indica.
Quien cargue 100 kilogramos adicionales, consume aproximadamente un litro más de combustible en un trayecto de 100 kilómetros. Es recomendable por ello sacar del maletero del automóvil, por ejemplo, cajas vacías de bebidas y otros objetos innecesarios.
También los portaequipajes que se llevan en el techo pueden implicar un mayor consumo de carburante, debido a la elevada resistencia del aire. «Si no se necesitan, deben ser desmontados», aconseja.
El segundo consejo también se relaciona con la física. «Prestar atención a la presión correcta de los neumáticos» es la recomendación de Herbert Engelmohr, portavoz del Automóvil Club de Alemania (AvD).
Porque si la presión de aire es demasiado baja, también aumenta la resistencia de las ruedas y de esta manera el consumo de combustible. «Para minimizar esto, la presión de aire de los neumáticos debe ser incrementada entre 0,1 ó 0,2 bar por encima de lo previsto», afirma Engelmohr.
Pero incluso cuando se forjen las condiciones exteriores para el ahorro de combustible, el consumo aumenta y se reduce con la manera de conducir. Por ejemplo acelerar continuamente implica un gasto elevado.
Mantener una aceleración constante y una velocidad moderada ayuda a reducir el consumo de manera considerable, explica Engelmohr. «Esto implica un manejo previsor y manejarse fluidamente en el tránsito, sin acelerar ni frenar abruptamente», añade.
El experto además recomienda adelantar lo más posible el cambio de marcha en lugar de hacerlo con elevadas revoluciones (rpm). Rainer Zeltwanger agrega sobre la forma de conducir en autopistas: «120 y 130 kilómetros por hora todavía implican ahorro de combustible. Por encima de esos valores el consumo se incrementa drásticamente».
Muchos automóviles modernos están dotados con tecnología que bien puede ser aprovechada. Deben observarse las señales sobre el display junto o alrededor del velocímetro que recomiendan un cambio de marcha o bien muestran los consumos promedio, señala Engelmohr.
A diferencia de lo que se pensaba antiguamente, no es necesario calentar el motor durante varios minutos, sino que se puede arrancar directamente. «Los sistemas de inyección instalados actualmente garantizan un comportamiento sin problemas del arranque, por lo que el motor alcanza la temperatura de funcionamiento en pocos minutos».
Además, Zeltwanger desarma otro mito. No tiene sentido dejar rodar al vehículo en punto muerto hasta un semáforo en rojo, porque de todas maneras así se emplea carburante, precisa. En cambio, recomienda: «Avance con cambio hacia el semáforo o cuesta abajo. Utilice la interrupción controlada del paso de combustible» hacia el motor. «Entonces no se inyecta gasolina, sólo aire», explica.
Otro logro de los últimos años es el sistema automático de arranque y detención. El motor se para si se está largo tiempo detenido y vuelve a ponerse en marcha si se continúa circulando. «Por ejemplo en el semáforo. Esto es algo que tiene sentido», puntualiza Zeltwanger.
Por Diana Pfister (dpa)