Las estafas en Internet proliferan a sus anchas desde los inicios de Internet; pero desde el año 2015, no han hecho más que aumentar las diversas formas en las que, aún hoy, se puede caer.
Según la Memoria Anual sobre la Vigilancia de los Sistemas de Pago, publicado por el Banco de España, solo en 2015 las operaciones fraudulentas con tarjetas emitidas en España ascendieron a 687.000, lo que supone unos 52 millones de euros. De estas, un 55% se produjo en operaciones a distancia (Internet, teléfono, email).
Los fraudes de tarjeta de crédito suelen producirse mayoritariamente cuando hay alguna carencia de seguridad en una web a la hora de realizar un pago, como la falta de pasarela de pago oficial del banco; lo que puede conllevar un desvío del dinero y el robo de los datos bancarios. Lo que suelen hacer las plataformas ilegales, es crear una pasarela de pago ficticia, la cual es idéntica en diseño a una pasarela de pago oficial de un banco, por lo que es muy difícil de identificar para un usuario no experto.
Cabe mencionar que estos tipos de fraudes se están viendo disminuidos gracias a los nuevos sistemas de seguridad que se están introduciendo, como la verificación del pago vía SMS por parte del banco.
Phishing
Otra de las estafas comunes en Internet es el Phishing, una práctica parecida a la de la tarjeta de crédito, con la que el ciberdelincuente pretende robarnos los datos personales para suplantar nuestra identidad. Suele realizarse mediante correos electrónicos, llamadas telefónicas o mensajes SMS, en los cuales se hacen pasar por nuestro banco o por una plataforma online en la que estemos registrados y nos piden que confirmemos nuestros datos personales, ya sea con el fin de garantizar nuestra seguridad o porque ha habido algún problema con nuestra tarjeta.
Debemos saber que ni nuestro banco ni ninguna plataforma web legal nos pedirá nunca nuestros datos personales ni bancarios, y mucho menos nuestras contraseñas de forma explícita. Por lo que si alguien nos pide esta información, debemos desconfiar de inmediato.
Además, si tenemos que aportar datos personales en alguna web, debemos asegurarnos que es una web segura; lo cual podemos identificar observando si la URL contiene HTTPS verificado, lo que significa que nadie podrá interceptar los datos.
Pharming
Otro tipo estafa, en este caso menos conocida, es el Pharming. Podríamos decir que es muy similar al Phishing, con la particularidad de que en este caso el ciberdelincuente cambia los registros de las DNS del usuario en su equipo local con el fin de redireccionar al usuario hacia una dirección web fraudulenta, la cual será idéntica a la web que queríamos acceder; en la que podemos ser víctimas, tanto de robo de datos, como de fraude por tarjeta de crédito. Una vez más, debemos fijarnos si la web en la que navegamos se encuentra bajo el protocolo HTTPS verificado.
Pagos anticipados
Los pagos anticipados son también una de las formas de estafa más populares desde hace años. El cliente confía el pago por adelantado a una empresa que le promete un producto o servicio a cambio. Estas empresas suelen convencer a los clientes diciéndoles que se debe realizar el pago por anticipado por diversas razones, como pueden ser la reserva del producto o servicio. Nunca debemos confiar el pago por adelantado a una empresa que no estemos totalmente seguros que sea de confianza. Debemos usar el sentido común y saber identificar si una web es o no fiable.
Suscripciones mediante SMS
Las suscripciones premium via SMS, otra de las clásicas estafas que llevan muchos años entre los usuarios de Internet. Principalmente proliferan en páginas web ilegales de streaming de contenidos en vídeo, como portales que ofrecen visualizar partidos de fútbol en directo o películas y series online.
El usuario que accede a portales que ofrecen tal tipo de contenidos, son redireccionados mediante banners o publicidad en formato Popup (ventanas emergentes) a páginas de publicidad que dicen ofrecer el contenido que el usuario está buscando, pero solicitan un número de teléfono para poder continuar. En el momento en el que el usuario introduce su número de teléfono, recibe un mensaje SMS donde tiene que verificar la suscripción para poder acceder al contenido. En el momento en el que el sujeto verifica la suscripción, con la promesa de acceder al contenido que buscaba, se suscribe mediante su operadora telefónica a unos servicios que pueden no tener absolutamente ninguna relación con lo que estaba buscando. Obviamente, el contenido al que pretendía acceder, no estará disponible.
Es importante no facilitar nunca el número de teléfono a una plataforma de la que podamos desconfiar, si es un requisito para acceder a cualquier contenido.
Afortunadamente, muchas OMV ya no aceptan este tipo de suscripciones, por lo que cada vez es menos común caer en este tipo de estafas.
Juego en casinos online
Este pasado mes de mayo la DGOJ ha publicado el informe trimestral del mercado de juego online en España (1r.Trim 2017), el cual presenta unos datos realmente impresionantes del crecimiento que está experimentando el sector.
Principalmente hablamos de casinos online, casas de apuestas y salas de bingo online, donde la regulación en España es bastante estricta. Sin embargo, hablamos de un mercado que mueve cantidades de dinero tan elevadas, que hace inevitable el intento de estafas y robo, tanto de dinero como de datos personales.
Desde que en 2012 se publicó la Ley 13/2011, de 27 de mayo, de Regulación del juego por parte de la DGOJ (Dirección General de Ordenación del Juego), el sector del juego online en España se ha visto beneficiado en cuestiones de seguridad y estafas.
Con la entrada de la Ley se dieron las primeras licencias a diversos operadores que les autorizaba a comercializar los juegos online de manera legal. Posteriormente, en 2014, se abrió de nuevo el plazo para solicitar la licencia aquellos que no la tenían.
Para poder tener esta licencia, los diferentes operadores deben cumplir con todos los requisitos jurídicos y técnicos que dicta la Ley para garantizar el juego seguro, justo, íntegro, fiable y transparente.
Aunque debemos ir con cuidado, como hemos dicho, es un sector que mueve cantidades de dinero tan grandes que es inevitable que existan intentos de fraude. Por lo que en la red podemos encontrarnos con plataformas de juego online que no cumplen con la Ley y que, por lo tanto, no disponen de licencia otorgada por la DGOJ.
Saber identificar si una plataforma es legal es muy importante para nuestra seguridad, por eso este comparador de salas de bingo ha elaborado unas pautas que debemos tener en cuenta antes de empezar a jugar o apostar en cualquier plataforma, para saber si es o no legal, y para jugar con total confianza de que no van a robar nuestro dinero y nuestro datos.
También es importante tener en cuenta las opiniones de los usuarios para saber cuales son las salas donde otros han tenido la mejor experiencia y que han calificado como el mejor bingo online desde su punto de vista.
Lo propio sucede con las casas de apuestas deportivas y los casinos online.