El CIS elabora sus encuestas mediante muestras representativas, entrevistas y ponderaciones estadísticas para conocer la opinión pública en España.

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) es el organismo público encargado de analizar la opinión de los ciudadanos sobre política, sociedad y actualidad en España. Su trabajo es fundamental para conocer tendencias sociales y electorales, pero también genera debate sobre su metodología y neutralidad.
El proceso de elaboración de las encuestas del CIS combina técnicas estadísticas, entrevistas personales y análisis de datos. Cada estudio sigue un protocolo que busca representar de forma equilibrada a la población española.
1. Selección de la muestra
Todo parte de la llamada muestra representativa. El CIS utiliza el censo de población y vivienda del INE para distribuir las entrevistas por comunidades autónomas, provincias, municipios y sexo.
El objetivo es que las personas encuestadas reflejen fielmente la estructura real del país. En un estudio tipo, se realizan entre 2.000 y 4.000 entrevistas para toda España.
2. Entrevistas personales y telefónicas
El trabajo de campo lo realizan empresas demoscópicas contratadas mediante concurso público. Las entrevistas se efectúan cara a cara o por teléfono, y las respuestas se registran de forma anónima. Los cuestionarios incluyen preguntas sobre intención de voto, valoración de líderes, situación económica o temas sociales de actualidad.
3. Control y ponderación de los datos
Una vez recogidas las respuestas, los datos pasan por un proceso de verificación. El CIS aplica ponderaciones estadísticas, es decir, corrige los posibles desequilibrios de la muestra (por edad, sexo o territorio) para que el resultado se acerque a la realidad poblacional.
Estas ponderaciones son habituales en la demoscopia, aunque también son fuente de críticas:
algunos expertos consideran que pueden introducir sesgos si se ajustan de forma excesiva o subjetiva.
4. Publicación y transparencia
Los resultados se publican en la web del CIS, con acceso libre a los microdatos. Esto permite que universidades, medios y analistas revisen las cifras y elaboren sus propias interpretaciones. El organismo también publica fichas técnicas donde se detallan el tamaño de la muestra, el error estadístico y las fechas del trabajo de campo.
5. Debate y confianza pública
Las encuestas del CIS son herramientas valiosas, pero no infalibles. Su precisión depende de la honestidad de las respuestas, la calidad del muestreo y el momento político en que se realizan. El debate sobre su neutralidad es legítimo: el CIS es un ente público, y sus resultados pueden influir en la percepción del electorado.
Sin embargo, los datos del CIS no sustituyen las urnas; son solo una fotografía del estado de opinión en un momento concreto. Entender su método es esencial para valorar sus conclusiones con sentido crítico.