(dpa) – Hay distintos sistemas y modos para la función autofoco de las cámaras. Dependiendo del objeto y el entorno, tiene más o menos sentido usarla. ¿Pero qué hay realmente detrás de esta función, y cómo la pueden usar los fotógrafos aficionados?
Estos sistemas tienen por un lado un autofoco por etapas, presente sobre todo en el buscador óptico de las cámaras réflex digitales, también llamadas DSLR (Digital-SLR, con SLR del inglés Single Lens Reflex). «De esta manera el sensor de autofoco, por lo general en la parte inferior de la cámara, mide la distancia entre dos imágenes parciales. El motor de autofoco puede buscar rápidamente las lentes en el objetivo y colocarlas en la posición correcta», explica Andreas Jordan de la revista «Fotomagazin».
En el caso del autofoco por contraste, en cambio, se analizan las propiedades contrastantes de la imagen proyectada en el sensor. Los expertos parten de la base de que «una imagen alcanzó su nitidez óptima cuando el contraste entre dos detalles de la imagen es alto», explica Thomas Gerwers de la revista especializada «Profifoto».
«Un autofoco híbrido une las dos tecnologías en una cámara», explica Johannes Schuba de la revista «t3n». Así, se puede usar la mejor variante dependiendo de la situación. En caso de baja iluminación y bajo contraste, se pone en funcionamiento el veloz autofoco en etapas, en el caso de buena luz se activa el más preciso autofoco de contraste.
Además de diferenciar entre estas tecnologías, hay que distinguir entre los distintos modos. Dependiendo del motivo, los usuarios pueden elegir un determinado modo de autofoco si no quieren usar el foco de forma manual (modo MF).
Para fotos en las que no hay movimiento, en las cámaras reflex se puede escoger el modo single, llamado también modo único (AF-S). La nitidez es ajustada con una presión suave del disparador.
Los usuarios de sistemas de cámara con poca profundidad de campo deben tener cuidado con este modo, ya que un ligero movimiento del motivo o del fotógrafo entre el accionar del disparador y la captura de la foto puede hacer que la nitidez de la imagen se vea afectada, advierte Jordan.
Esto no sucede en el caso del autofoco continuado (AF-C). En este caso, la cámara va ajustando el autofoco constantemente y además éste suele estar configurado de forma que se puede disparar incluso cuando no se encontró un punto de para hacer foco, explica Gerwers. Este modo es ideal cuando el motivo a fotografiar se mueve.
Cuando el fotógrafo se encuentra en la difícil situación de que tiene que fotografiar de forma alternada motivos que se mueven y otros que no se mueven, lo mejor es elegir el modo automático (AF-A), lo que permite ahorrarse el cambio entre los distintos modos de foco.
De todas formas, Schuba aconseja que el motivo sea claramente diferenciable del fondo, dado que en modo automático la cámara decide por sí sola dónde se encuentra el foco. Aunque se trata de una herramienta muy útil, el autofoco tiene también sus límites.
Por Maximilian Konrad (dpa)