Cada vez que llega el entretiempo, empiezan los quebraderos de cabeza pensando en hacer el cambio de armario, limpiarlo en profundidad, renovarlo y re-organizarlo; pero lo que muy pocas chicas se plantean es incluir su bolso de diario en la ‘Operación Otoño’. Sin embargo, es el momento perfecto para despojarse de lo que no hace falta, descubrir lo imprescindible del día a día, y hacer espacio para lo nuevo. Por eso, María Uranga, Head of Personal Shoppers de Lookiero, recorre sus consejos definitivos para organizar el bolso durante los meses más fríos del año, ¡sin importar su tamaño!
Seleccionar lo imprescindible
Las mujeres que llevan estilos de vida ajetreados suelen ser las grandes defensoras de los bolsos grandes, versátiles y en los que quepan desde unos zapatos cómodos para cambiarse a mitad del día, hasta una botella de agua de dos litros para mantenerse hidratadas.
Si la elección es llevar un estiloso shopping bag durante todo el día, se debe tener en cuenta que la clave para mantenerlo organizado es vaciar su contenido sobre la mesa y seleccionar únicamente lo que realmente haga falta durante el día. Los bolis gastados, las toallitas resecas y el viejo collar que se rompió hace meses deben ser los primeros en ser desterrados del bolso.
Neceseres, bolsitas y estuches
Las madres saben mejor que nadie que, cuando se sale de casa con los niños, se debe estar preparada para todo, lo que implica llevar casi siempre un bolso lleno de cosas. El truco para mantener todo en su sitio, en lugar de que esté rodando sin control por el bolso, es llevarlo todo agrupado en neceseres, estuches, y en bolsas plásticas para los líquidos y cremas.
Cada cosa en su lugar
Las más trabajadoras suelen sacarle especial provecho a los bolsos con cremalleras y bolsillos internos, y lo mejor de todo es que con un bolso de ese estilo la organización no es tarea difícil.
María Uranga recomienda: “Crear pequeñas rutinas y utilizar los bolsillos y cremalleras del bolso siempre para un mismo fin”. Por ejemplo, si se guardan siempre las llaves en el mismo lugar, no se tardará nada en encontrarlas y se evitará que le hagan rayas a la pantalla del móvil o a las gafas de sol.
La casa y la oficina no son para llevar
No hace falta más que acercarse a la puerta de casa para pensar en todo lo que no se debe olvidar, en lo que va en el bolso y en lo que puede hacer falta durante el día. Es momento de sincerarse, no todo lo que llevas en tu bolso tiene que estar allí.
Una manera muy práctica de liberar espacio es separar todo aquello que deba quedarse en casa de lo que deba quedarse en la oficina. Por ejemplo, al cargar el móvil por las noches, no hace falta llevar el cargador siempre; el cepillo de dientes que se lleva a la oficina puede permanecer seguro y a buen resguardo en un estuche sobre el escritorio, no es necesario llevarlo en el bolso de diario.
¿Y el bolso pequeño?, ¡con mucho ojo!
Las que suelen llevar siempre un bolso pequeño suelen ser organizadas por naturaleza. Pero para quienes no son de esas, cambiar el gran bolso de diario por uno más pequeño puede ser la solución definitiva para la organización (y para la espalda).
Uranga recomienda como truco: “Llevar un bolso pequeño durante un día normal de rutina, al menos durante unos días a la semana, porque así se acostumbrará poco a poco a llevar únicamente lo imprescindible”, y se convertirá en un hábito para la vida.
Mochilas para toda ocasión, ¡pero ordenadas!
Finalmente, quienes siguen las tendencias esta temporada tendrán un accesorio importantísimo en su armario, ¡la mochila! Este tipo de bolso permite lucir ideal en el trabajo, perfecta en el parque o en el gimnasio y, además, aporta un toque muy chic y actual a cualquier look. Pero se debe tener cuidado con las mochilas, ya que tienen gran capacidad de almacenaje y con ellas se corre el riesgo de tirar por tierra todos estos consejos.