Los filtros del extractor acumulan grasa con rapidez y pueden reducir su capacidad de ventilación. Una limpieza periódica ayuda a mantener la cocina en buen estado y evita malos olores.

Qué tener en cuenta antes de limpiar los filtros
Los filtros del extractor se encargan de retener la grasa en suspensión mientras se cocina. Cuando se saturan, el aparato pierde eficacia y aumenta la presencia de olores persistentes en la cocina. Antes de retirarlos conviene asegurarse de que el equipo está apagado y frío para evitar accidentes. La mayoría de los modelos domésticos incorporan sistemas de anclaje sencillos que permiten extraer los filtros sin herramientas.
Los filtros metálicos son los más habituales en viviendas. Su principal ventaja es que pueden lavarse a mano o en el lavavajillas, siempre que el fabricante lo permita. Los filtros de carbón activo, presentes en extractores que no tienen salida al exterior, no deben lavarse, ya que su material interno pierde eficacia con el agua. En estos casos, la sustitución periódica es la única opción recomendada.
Método de limpieza paso a paso
Para los filtros metálicos, un método eficaz es el lavado con agua caliente y desengrasante. Llenar un recipiente grande con agua casi hirviendo y añadir una pequeña cantidad de detergente concentrado ayuda a deshacer la grasa incrustada. Dejar los filtros en remojo entre diez y quince minutos facilita el proceso. Después, basta con frotar suavemente con una esponja o cepillo de cerdas blandas para retirar los restos más resistentes.
Si se utiliza lavavajillas, es recomendable colocar los filtros en la bandeja superior y seleccionar un programa corto a temperatura moderada. Un lavado muy caliente puede oscurecer el metal, aunque no afecta al funcionamiento. Una vez limpios, los filtros deben secarse completamente antes de volver a colocarlos para evitar que la humedad quede atrapada dentro del extractor.
Frecuencia recomendada y mantenimiento básico
La frecuencia de limpieza depende del uso de la cocina. En hogares donde se cocina a diario, es aconsejable revisar los filtros cada dos o tres semanas. Si el uso es ocasional, un mantenimiento mensual suele ser suficiente. Mantener una rutina evita la acumulación de grasa y alarga la vida útil del extractor.
Además de la limpieza, conviene revisar el estado general del equipo, especialmente la iluminación integrada y las superficies externas. La grasa también se acumula en la zona inferior del aparato, por lo que un repaso periódico con un paño húmedo ayuda a mantener el extractor en buen estado.
Mantener los filtros limpios mejora la ventilación y ayuda a preservar un ambiente más cómodo en la cocina.
