La corrección de los exámenes de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) tendrá desde este año unos criterios comunes que incluyen la valoración de la coherencia, la cohesión, la corrección gramatical, léxica y ortográfica de los textos producidos, así como su presentación, que supondrá al menos el 10% de la calificación de cada pregunta o tarea que implique la redacción de un texto.

Expertos psicopedagogos de la editorial Rubio llevan tiempo alertando de que la sobreexposición a las redes sociales, el uso del lenguaje digital y el abandono del hábito de escribir a mano han reducido las habilidades lingüísticas de los adolescentes. Un error de concordancia, una tilde olvidada o una construcción mal planteada podrán restar hasta un 10% de la nota en cualquier ejercicio redactado y hasta un 20% en los exámenes de lengua.
La editorial recordó en un comunicado ante los exámenes de acceso a la universidad que los menores de 20 años obtienen peores resultados que los adultos: mientras que los mayores de 50 alcanzan una media de Notable, los más jóvenes apenas llegan al Bien, según las conclusiones de la prueba realizada recientemente por el Centro de Investigación Nebrija en Cognición (CINC).
Para los pedagogos detectar los errores más comunes es el primer paso para corregirlos. Según expertos de la firma de los populares cuadernillos, los errores más frecuentes son distinguir entre “a ver” y “haber”; “hay”, “ahí” y “ay”»; «echar» sin h; que no existe “llendo”; distinguir “valla” y “vaya”; usar bien «el lío de los porqués»; “halla”, “haya”, “allá” y “aya”; y también conocer la utilización correcta de “si no” y “sino”.
Asimismo, desde la editorial, hicieron hincapié «en la importancia de repasar los exámenes antes de entregar, para revisar especialmente la acentuación y puntuación, así como tirar de sinónimos si la grafía de alguna palabra genera dudas durante la prueba». Finalmente, subrayaron que es crucial trabajar la ortografía desde la infancia, recuperando la escritura a mano, equilibrando el uso de pantallas y papel fomentando la lectura y contar con materiales adecuados a cada etapa educativa.
«Prepararse para la nueva PAU no es solo memorizar datos o fórmulas, sino saber comunicar con claridad y corrección. Para eso, es indispensable una base sólida construida desde la infancia, que permita a los jóvenes expresarse con confianza y seguridad».