(dpa) – La mayoría de las personas recién se entera de qué tan fértil es cuando intenta tener un hijo. La buena noticia: quien siga un estilo de vida saludable puede evitar dañar su propia fertilidad. Y eso quiere decir que tendrá más posibilidades de poder tener un hijo.
Dos médicos especialistas en reproducción ofrecen un panorama de a qué pueden prestar atención las parejas y qué hacer si de todas maneras no funciona.
Fumar empeora la calidad del esperma
«Lo que claramente perjudica la fertilidad es fumar», dice la ginecóloga Corinna Mann desde Múnich, Alemania. «Ambos (en la pareja) deberían dejarlo si están planificando un embarazo», recomienda.
Lo confirma el ginecólogo Wolfgang Würfel: fumar dificulta tanto la concepción como la continuidad del embarazo. En el caso de los hombres, fumar empeora la calidad del esperma, agrega.
Sobrepeso o bajo peso, las dos cosas son desventajas
Otro factor que puede tener efectos negativos sobre la fertilidad es el peso. «El sobrepeso es malo para la funcionalidad de los ovarios. Esto afecta tanto a quedar embarazada, mantener el embarazo como a la probabilidad de tener complicaciones en el parto», indica Würfel.
También en el caso de los hombres, el sobrepeso puede convertirse en un problema para la fertilidad, dado que desajusta el sistema hormonal. «La famosa ‘barriga cervecera’ es provocada por sustancias similares al estrógeno, los llamados fitoestrógenos», precisa Würfel. Estos se encuentran en el lúpulo y pueden influir negativamente en la calidad del esperma.
Por otra parte, un bajo peso extremo puede hacer que las mujeres tengan dificultades para quedar embarazadas. Würfel hace referencia a deportistas que entrenaban y comían de una manera tan estricta que desarrollaron la llamada amenorrea del deportista. «Eso significa que desaparece la regla o, al menos, que se producen fuertes trastornos en el ciclo», explica.
Mann aconseja a las mujeres que deseen tener hijos que no practiquen deportes extremos o de alto rendimiento: «Eso no ayuda. Cuando el cuerpo entra en ‘modo lucha o huída’, entonces le cuesta reproducirse».
Suplementos alimentarios, solo con autorización médica
Además, según los médicos, es importante seguir una alimentación equilibrada, una alimentación mediterránea, con muchas fibras, como las que se encuentran por ejemplo en los cereales integrales.
La buena noticia: no hay que renunciar al café en pos de la fertilidad. De hecho, según Würfel, en cantidades moderadas incluso puede beneficiarla. Y eso vale tanto en las mujeres como en los hombres.
Además, al cuerpo pueden ayudarle suplementos alimentarios para prepararse mejor para un embarazo. «Lo que es importante para todas las mujeres que deseen tener hijos es el ácido fólico, que ayuda tanto al desarrollo del feto como a embarazarse», dice Mann.
También yodo, vitamina B6, B12 y D, así como zinc y la coenzima Q10 pueden aumentar la posibilidad de un embarazo. Claro que antes siempre hay que consultar con un médico y analizar los valores en sangre para evitar dosis excesivas.
No darle tanta importancia al estrés
¿Y qué pasa con el estrés? Ayuda tener menos. Pero tampoco hay que darle tanta importancia, opina Mann. «Si alguien tiene mucho estrés y mucha tensión, viaja mucho y practica mucho deporte, eso también puede alterar el ciclo y eso influye, por supuesto, en el deseo de tener niños», comenta.
Un dato importante: el estrés que las parejas sienten cuando no logran el embarazo no tiene, en realidad, ninguna importancia para la fertilidad, apunta Mann. «A muchas parejas les aconsejan los amigos: ‘Relájense y entonces funcionará’. Pero eso, en general, no alcanza».
Cuando depende de las hormonas
Si el embarazo no se presenta tan rápidamente como se desea, eso puede tener condicionamiento hormonal. «Existe, por ejemplo, una insuficiencia de la hormona luteinizante que puede dificultar los embarazos. Esa es una deficiencia que se puede subsanar con progesterona natural», señala Mann.
Además, es importante el valor de la hormona estimulante de la tiroides TSH cuando de fertilidad se trata: si no es normal, se lo puede equilibrar con pastillas, de manera que un embarazo se vuelva más probable.
También el valor de la hormona antimülleriana AMH puede ser revelador. En concreto, respecto de cuántos óvulos tiene en reserva una mujer. «Porque una de cada cien mujeres ya empieza con la menopausia con menos de 40, y descubre a finales de los 30 que ya no es posible concretar su deseo de tener hijos», dice la ginecóloga.
La fertilidad está estrechamente vinculada a la edad
Según Würfel, la fertilidad de las mujeres cae ligeramente a partir de los 30, marcadamente a partir de los 35 y aún más fuertemente después de los 40. «De acuerdo a los conocimientos actuales, no se forman nuevos óvulos sino que estos envejecen con la edad de la mujer».
Y eso hace que disminuya su calidad. La posibilidad de que los óvulos tengan anomalías genéticas aumenta. Algunas mujeres asumen erróneamente que su juventud exterior también tiene influencia en su fertilidad, advierte Würfel.
Los expertos recomiendan a las mujeres menores a 35 años que se hagan estudios si no quedan embarazadas después de un año. Las mujeres mayores de 35 solo deberían esperar seis meses. Mann insta a las parejas a averiguar lo antes posible a qué se puede deber que no se produzca el embarazo. Así ganan un tiempo muy valioso.
Pero también hay que dejar en claro: «Es muy común que el deseo de tener hijos no se concrete. Afecta aproximadamente a una de cada seis parejas«, precisa Mann. «Me encantaría que se hablara más abiertamente sobre ello», añade. Y es que los afectados muchas veces tienen la sensación de que son los únicos y que todos los demás pueden tener hijos sin problemas. «Pero eso no es cierto».
Por Eva Boller (dpa)