El verano 2017 está siendo uno de los más calurosos de la serie histórica. La escasez de humedad en el ambiente hace que el efecto del sol sea especialmente perjudicial. En lo que va de verano, se han activado al menos una alerta por altas temperaturas en la mitad de España. Ante el calor imperante y la ausencia de refresco en el ambiente en las horas nocturnas, la hidratación del cuerpo se muestra como elemento determinante para evitar golpes de calor y lipotimias.
El cuerpo humano está compuesto de líquido en más del 70 por ciento. El complejo engranaje interno consume ingentes cantidades de líquidos: durante la digestión, cuando se suda y el cuerpo regula la temperatura corporal para evitar fiebres… Si durante todo el año se recomienda hidratarse adecuadamente, es durante los meses de verano cuando los médicos insisten en mantener una rutina de ingesta de líquidos, que va más allá de la toma de agua.
Los alimentos son una importante fuente de líquidos, especialmente las frutas y las verduras. La recomendación sanitaria de consumir cinco piezas al día de este grupo de alimentos cobra especial relevancia, ya que durante los meses de verano, el hombre se expone a numerosos factores que pueden mermar las reservas naturales de líquido.
En el caso de los niños, al disponer de más tiempo libre, realizan más actividad física al aire libre, si bien no es recomendable que lo hagan en las horas de más calor del día, sobre todo cuando las autoridades dictan nivel amarillo, naranja o rojo por altas temperaturas. Los adultos también intensifican su actividad en estos meses de estío. De ahí que el cuerpo requiera de una mayor atención.
Los médicos insisten en que un error muy habitual supone beber líquidos únicamente cuando se siente la sed, y optar para ello por bebidas azucaradas. Los refrescos, si bien suplen esa sensación de sed en un primer momento, casi inmediatamente aumentan la necesidad de líquido. Ello se debe a la presencia de azúcares y otros edulcorantes que fomentan el consumo casi dependiente de estos productos.
Zumos y batidos, grandes complementos
Los nutricionistas insisten en que la recomendación de consumir al menos cinco piezas al día de frutas no supone ingerir únicamente sólidos. Los zumos naturales y los batidos de alimentos naturales son una importante fuente de líquidos que sacian y resuelven la sensación de sed sin necesidad de acudir a bebidas azucaradas.
No en vano, el consumo de batidoras, tal y como aseguran en esta web de batidoras, se ha incrementado en el segundo trimestre del año, el periodo previo al verano. Comprarbatidoras es cada vez una opción interesante para los españoles que optan por consumos caseros, y ahorro de costes. Para ello buscan en las diversas comparativas de batidoras baratas, a fin de encontrar ofertas de última hora que les ayuden a sobrellevar el intenso calor y la sequedad de este verano.
Frente a este boom en la compra de batidoras y licuadoras, los nutricionistas insisten en que se trata habituarse a una dieta más equilibrada independientemente de la estación. De esta forma, aseguran, será el propio cuerpo el que demandará el consumo de más frutas y verduras.
Ello no implica que se deban realizar más de cinco comidas al día, sino buscar opciones saludables como los batidos o zumos naturales. Siempre y cuando se minimice el consumo de azúcares, los zumos y batidos son agradecidos, sobre todo para los niños a quienes ingerir fruta o verdura puede no ser nada fácil. Eso sí, alertan, que en ningún caso deben considerarse como sustitutos. Y es que los smoothies o batidos deben complementar la ingesta de verduras y frutas, no sustituirla.
Y recuerde, si en algún momento siente la boca seca, puede tratarse de un principio de hidratación. Consuma líquidos en forma de agua, leche, zumos o batidos, y coma verduras y frutas en abundancia para disfrutar el verano sin un sobresalto sanitario por deshidratación.
Sufrir deshidratación conlleva sentir cansancio, aquejarse de fuertes dolores de cabeza, mermar su capacidad para concentrarse y malestar general. Según los expertos, con tan solo la pérdida del 2% de los líquidos corporales, el cuerpo genera una pérdida de energía física diez veces mayor. Si el porcentaje de deshidratación alcanzara el 10 por ciento, se hablaría de un caso grave que puede generar complicaciones severas en el funcionamiento interno del cuerpo.